Un informe demoledor de la Guardia Civil revela que el presidente conocía la trama desde 2021 y apuntó a su exasesor como “corrupto” mucho antes de su detención
Por Redacción DEx, Madrid, 13 de junio de 2025.-
La verdad, en boca de la UCO
Pedro Sánchez lleva años negando con vehemencia que supiera algo del turbio entramado de mordidas, adjudicaciones opacas y enriquecimiento ilícito que rodea al ‘caso Koldo’. Pero el informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil entregado esta semana al Tribunal Supremo desarma por completo su versión oficial. Según los investigadores, el presidente tenía conocimiento de las irregularidades al menos desde el verano de 2021, cuando destituyó fulminantemente a José Luis Ábalos. No fue una cuestión de desgaste político, como sostuvo en varias ocasiones, sino una purga preventiva ante el hedor a corrupción.
Una salida que ya olía a chamusquina
La madrugada del 10 de julio de 2021, Ábalos fue cesado como ministro de Transportes y, al día siguiente, dejó también su puesto como secretario de Organización del PSOE. En aquel momento, Sánchez justificó la salida por una necesidad de “relanzar” el Gobierno. Sin embargo, la UCO desvela ahora que ya se barajaban entonces las sospechas de que Ábalos y su mano derecha, Koldo García, habían cobrado comisiones por favorecer a determinadas empresas a espaldas del partido. No eran rumores: eran hechos investigados y conocidos por el entorno más próximo del presidente.
Grabaciones, nombres y amenazas
El informe de la Guardia Civil no se queda en hipótesis. Se apoya en grabaciones recogidas durante los meses previos a la detención de Koldo García en febrero de 2024. En una de ellas, el exasesor se queja amargamente ante Santos Cerdán de que tanto él como Ábalos son “apestados”, tras saberse que estaban bajo el foco de la UCO. Más aún: asegura haber enviado recados directamente a Sánchez a través de Óscar López y Antonio Hernando, e incluso afirma que el presidente le llamó “corrupto” y dijo que “le quería muerto”.
No es una metáfora: esas fueron las palabras literales que recoge el audio número 8 del informe. La frase, de tintes mafiosos, revela el nivel de tensión y conocimiento que ya existía en La Moncloa sobre los tejemanejes de quien había sido durante años uno de los hombres de máxima confianza de Ábalos.
La caída de Santos Cerdán y el silencio ensordecedor
La tormenta ha terminado por arrastrar también a Santos Cerdán, que ha dimitido de todos sus cargos en el PSOE tras la filtración del informe. En las grabaciones con Koldo, Cerdán reconoce el distanciamiento y apunta a una advertencia que recibió sobre la investigación en curso. Ya entonces, abril de 2021, había decidido desmarcarse de la dupla Ábalos-Koldo. La UCO ve ahí el momento clave en el que se activa la maquinaria interna del partido para desactivar la bomba antes de que estalle públicamente.
Mientras tanto, Sánchez mantiene el silencio. Un silencio que, esta vez, no solo no le exime de responsabilidad, sino que le señala con más fuerza que nunca.
¿Y ahora qué?
El informe de la UCO no es una sentencia, pero sí un terremoto político. La sospecha ya no se limita al entorno de Ábalos: roza al propio presidente. La narrativa del “yo no sabía nada” se desvanece entre grabaciones, contradicciones y silencios cómplices. La pregunta que flota ahora en el aire de Ferraz, Moncloa y la ciudadanía es incómoda pero inevitable: ¿seguirá negando Sánchez lo que ya parece evidente para todos?