Cáceres, cuya Semana Santa ha sido reconocida de Interés Turístico Internacional, se prepara para vivir un Miércoles Santo de profunda espiritualidad y tradición. A pesar de la amenaza de lluvia, dos veneradas imágenes, la Virgen de la Esperanza y el Cristo Negro, se disponen a recorrer las empedradas calles de la ciudad en procesiones que prometen ser un espectáculo de fe y cultura. Pero como se reseña, todo depende de las condiciones metereológicas que se presumen negativas.
La Cofradía de los Ramos dará inicio a la noche con la salida del Cristo de la Buena Muerte, una obra anónima del siglo XVII, y María Santísima de la Esperanza, de José García Bravo. La procesión, que comenzará a las 21:00 horas desde la iglesia de San Juan, será una de las pocas en la capital cacereña que verá desfilar una imagen mariana bajo palio.
El recorrido se extenderá desde la plaza de San Juan hasta el templo de San Juan, pasando por puntos emblemáticos como la Gran Vía y la Plaza Mayor, acompañado por melodías de la Banda Infantil Cristo del Humilladero, la agrupación musical Virgen de la Misericordia y la Agrupación Músico-Cultural de Bienvenida.
En un cambio de guardia solemne, la Cofradía del Santo Crucifijo de Santa María de Jesús, portando al Cristo Negro, tomará las calles a medianoche. Esta talla, que data del siglo XIV, es el centro de una de las ceremonias más concurridas y singulares de la Semana Santa cacereña.
El cortejo procesional, marcado por el sonido de una esquila y un timbal destemplado, estrenará este año una corona de espinas traída desde Jerusalén, reemplazando la pieza centenaria que adornaba la imagen hasta ahora. La procesión promete ser un momento de reflexión y veneración que culminará en la concatedral de Santa María alrededor de las 2:30 horas.
