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Las eléctricas piden al Gobierno más vida para Almaraz y se comprometen a cumplir sus “tres líneas rojas”

Iberdrola, Endesa y Naturgy han trasladado al Ministerio para la Transición Ecológica su disposición a ampliar la vida útil de la central nuclear extremeña, cuyo primer reactor debería cerrar en 2027.

Juan Preciado para Digital Extremadura, Madrid, 24 de octubre de 2025.- Por primera vez, las tres compañías propietarias de la planta de Almaraz (Cáceres) —Iberdrola, Endesa y Naturgy— han remitido una carta conjunta al gabinete que dirige Sara Aagesen, mostrando su voluntad de prolongar el calendario de cierre de la central nuclear.

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico señalan que en la misiva “no se notifica ni se inicia ninguna actuación formal” y que la posición del Gobierno “no ha cambiado”. Para que la propuesta sea estudiada, deberá respetar las tres líneas rojas marcadas por el Ejecutivo:

  • garantizar la seguridad radiológica de la ciudadanía,
  • no implicar costes añadidos para los contribuyentes,
  • y asegurar la estabilidad del suministro energético.

Fuentes ministeriales subrayan que cualquier petición formal deberá ser compatible con la política energética nacional y con los plazos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

Las eléctricas, por su parte, defienden que la extensión de la vida de Almaraz permitiría mantener empleo, inversión y estabilidad energética en Extremadura. Iberdrola, accionista mayoritario con el 53 % del capital, reafirmó su “compromiso con la continuidad segura” de la instalación, en línea con Endesa (36 %) y Naturgy (11 %).

La iniciativa llega tras el intercambio de cartas que Endesa e Iberdrola mantuvieron con el Ministerio el pasado mes de junio, en el que el Gobierno fijó sus condiciones para analizar cualquier prórroga. Ahora, con Naturgy incorporada al frente común, las tres compañías se preparan para formalizar la solicitud ante el CSN “cuanto antes”.

Lupa DEx

El movimiento conjunto de las grandes eléctricas en torno a Almaraz marca un punto de inflexión en la política nuclear española. Tras años de posiciones dispares, Iberdrola, Endesa y Naturgy unen discurso y estrategia en una jugada que busca ganar tiempo, peso y negociación ante el Ministerio.

En el fondo, late una cuestión de fondo: la dependencia energética y la estabilidad del sistema en plena transición verde. Mientras el Gobierno mantiene su hoja de ruta de cierre escalonado, las eléctricas apelan al pragmatismo: la energía nuclear sigue siendo —aunque incómoda— una garantía de suministro firme frente a la volatilidad de las renovables.

El pulso apenas comienza. Si el Ejecutivo cede margen, Almaraz podría convertirse en el símbolo de una nueva convivencia entre transición ecológica y realismo energético. Si no lo hace, el reloj del 2027 seguirá corriendo… con toda la mirada extremeña puesta en su reactor.