Cáceres, 17 de noviembre de 2024 – Un salvavidas llega a los pueblos extremeños. Las farmacias de las localidades con menos de 1.500 habitantes se están convirtiendo en puntos estratégicos de «cardioprotección activa» gracias a la instalación de desfibriladores externos automáticos (DEA).
Olvídense de la imagen de botica tradicional. Ahora, además de medicamentos, estos establecimientos dispensarán una dosis extra de seguridad a sus vecinos, listos para combatir los infartos las 24 horas del día.
La iniciativa, fruto de un acuerdo entre los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de Extremadura y el Servicio Extremeño de Salud (SES), busca crear una red que cubra 200 municipios y entidades locales menores.
Los DEA, ubicados en el exterior de las farmacias para garantizar su acceso en cualquier momento, se complementan con una intensa formación en reanimación cardiopulmonar (RCP) para farmacéuticos, técnicos y personal auxiliar. Y no solo ellos: la idea es extender estos conocimientos a los propios vecinos, creando una auténtica comunidad preparada para responder ante una emergencia.
En Extremadura, donde la dispersión geográfica es un reto, esta iniciativa acerca la atención urgente a los habitantes del mundo rural. Porque en un infarto, cada minuto cuenta. Y ahora, gracias a la colaboración entre el SES y las farmacias, la ayuda estará más cerca que nunca.
