Hay una opinión extendida sobre el trabajo de las mujeres. Sale con frecuencia a relucir que tienen menor rendimiento, una expresión que no se ajusta a la verdad, es flagrantemente discriminatoria y no tiene fundamento alguno. Es más, en general, asumen pluriempleo trabajando fuera de casa y mucho más dentro del hogar familiar. Una mujer con 12 hijos y propietaria de una tienda, no entendía que las mujeres quisieran ser iguales cuando decía con acierto que “son superiores.” Han demostrado su preparación en todos los ámbitos y en todos los países del mundo.
Recordemos a las madres africanas trabajando en el campo y cargando provisiones en los cestos de más de 30 kilos con los niños a la espalda a los que dan todo su cariño a pesar de las dificultades y es admirable la distribución de microcréditos que reciben de la Unión Europea, a través del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Las beneficiarias crean pequeñas empresas con gran iniciativa y devuelven lo prestado con puntualidad. En diferentes sectores laborales vienen demostrando su competencia. Son muy estimadas las que recogen aceitunas, las enfermeras, costureras, maestras, ingenieras, médicas y tantas otras que realizan su actividad con excelentes resultados.
Este diario ya trató el tema hace tiempo pero la incorporación plena de mujeres a la cúpula de las empresas sigue siendo lenta, aunque sin duda, un valor absoluto, no es un lujo, es la equidad para un mejor futuro, por cuanto realizan funciones de trascendencia social en su vida ordinaria y en situaciones especiales, como se ha comprobado en todas las guerras y ahora mismo en esta cruel epidemia destacando como trabajadoras de la salud y cuidadoras. No podemos centrar el interés en pequeños detalles, como el rosa o el azul
La Comisión Europea manifestó hace tiempo que su objetivo concreto era que los Consejos de Administración incorporaran con eficacia al menos el 40% de mujeres. No era una cuota, sino una necesidad, considerando beneficioso que se cuente con las decisiones de mujeres profesionales, muy bien formadas. En Italia se incorporaron a los Consejos de Administración en el año 2011 con efectos muy positivos.
Hay países que están más cerca de este objetivo, como Finlandia y Suecia pero otros van muy rezagados. Sin ir más lejos España. No tiene sentido que las mujeres tan bien preparadas se queden al margen de los órganos de decisión con algunas excepciones.
Pasan los años y cambian las cosas pero exasperadamente despacio. La igualdad parece un objetivo irrealizable. Sigue siendo noticia que se nombre a una mujer directora de un banco que llegue a dirigir un hospital, presida un Tribunal de Justicia o la Guardia Civil.
Nos hemos acostumbrado a aceptar con resignación los asesinatos de mujeres a manos de su pareja. La mujer no importa, su participación dentro y fuera del hogar no se toma en consideración, es invisible. Se ha divulgado un titular que apareció en un diario de sucesos con una frase terrible: “apuñala a su mujer, sin causa justificada”. La noticia no puede ser más sobrecogedora.
Hay que remontar el atraso de siglos. En el pasado, una familia sin recursos solo podía dar estudios a uno de los hijos y se elegía al varón, aunque las hijas fueran superdotadas. Un ejemplo a señalar, fue la zaragozana María Andrea Casamayor de la Coma, muy capacitada en matemáticas que tuvo que publicar su obra “El Tirocinio matemático sobre las cuatro reglas llanas”, masculinizando su nombre. Otro ejemplo de buen hacer poco conocido es el de la que fue alcaldesa de Alange, Julia Mayoral, gran persona, creadora de un Negociado Social y un fondo de paro obrero , emprendedora que destacó en su labor municipal en tiempos difíciles y apenas se ha resaltado.
Se ha comprobado que tanto las sociedades como las empresas tienen mejores resultados si utilizan el talento y la experiencia de las mujeres en los Consejos de Administración que, sin duda, contribuye a tomar mejores y más prácticas decisiones. Lo ideal sería que desapareciera la celebración del día de la mujer por la aplicación efectiva del principio de igualdad. Todos los seres humanos tienen los mismos derechos. Hay que recordarlo con frecuencia .Se ha publicado que se eliminará la llamada “brecha salarial” en el año 2086. Qué largo lo fían.
LA AUTORA ES ACADEMICA CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA DE JURISPRUDENCIA Y LEGISLACIÓN