R. Dex, Badajoz, 14 de agosto de 2025.– Tres mujeres de origen latinoamericano han recuperado su libertad tras meses de encierro, humillaciones y explotación sexual en un club de alterne de la provincia de Badajoz. La operación, desarrollada por la Policía Nacional, ha permitido desarticular una organización criminal que, según la investigación, se lucraba a costa de la vulnerabilidad y la desesperación de sus víctimas.
Todo comenzó con promesas. Un trabajo estable, un salario digno, la posibilidad de enviar dinero a sus familias. Algunas de ellas, en sus países de origen, recibieron billetes de avión y la cantidad justa para aparentar ser turistas ante un eventual control fronterizo. “Solo tienes que decir que vienes de vacaciones”, les indicaban. La trampa estaba tendida.
Del engaño al cautiverio
Nada más aterrizar en España, la realidad cambió de golpe. En el club les retiraban los pasaportes y les comunicaban una supuesta deuda: más de 8.000 euros que, les decían, solo podrían saldar ejerciendo la prostitución. No cobraban nada; todo el dinero de los clientes iba a manos de los miembros de la organización.
Las víctimas vivían en una vivienda anexa al local, unidas por una puerta que convertía el inmueble en una jaula invisible. Solo podían salir para atender “servicios”, permaneciendo el resto del tiempo disponibles las 24 horas del día. No había espacio para el descanso ni para la dignidad.
Violencia y miedo como método
Según el relato policial, eran sometidas a agresiones físicas, insultos y abusos sexuales por parte del principal cabecilla, que entraba a sus habitaciones cuando quería. Los explotadores, además, suministraban drogas a los clientes y, aprovechando su embriaguez, instruían a las víctimas para sustraerles dinero a través de transferencias a favor del club.
En febrero de 2025, una de las mujeres consiguió romper el círculo del silencio y denunció. Su testimonio permitió destapar la estructura criminal: seis personas con funciones claramente repartidas, desde la captación hasta la logística y el suministro de estupefacientes.
La caída de la red
La operación culminó con dos registros simultáneos y la incautación de 5.874 euros, dos vehículos, joyas, armas blancas, drogas y documentación que acredita la actividad ilícita. Seis detenidos, dos de ellos en prisión provisional, y el club clausurado por orden judicial.
Las tres mujeres, ahora a salvo, afrontan el reto de reconstruir sus vidas lejos del miedo. La Policía Nacional recuerda que existen canales anónimos y confidenciales para denunciar la trata de seres humanos: el teléfono 900 10 50 90 y el correo trata@policia.es, que no dejan rastro en la factura telefónica.
En palabras de un agente implicado en el rescate: “No solo hemos detenido a seis delincuentes, hemos devuelto a estas mujeres su libertad. Y eso vale más que cualquier cantidad incautada”.