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Es muy conocido el verso del gran poeta Rubén Darío, padre de la poesía Modernista, que decía: Juventud, divino tesoro, ya te vas para no volver … ,  que se ha quedado como una frase hecha y muy repetida. En esta ocasión cambiamos la palabra Juventud por la de Libertad, divino tesoro, concepto por el que tanto clamamos y para que pueda desaparecer el liberticidio que sufren muchos ciudadanos del mundo.

El concepto de libertad es muy amplio y ha sido analizado por numerosos pensadores. Los filósofos han publicado Ensayos de alto nivel, como el del muy admirado profesor Isaiah Berlín, un genio de la Universidad de Oxford. Nacido en Letonia, era  hijo de un matrimonio judío que tuvo que emigrar cuando el soviet se hizo con el control persiguiendo de forma  inmisericorde a las personas de su raza. El  padre que sufrió la represión, decía que se sintió encarcelado y vigilado en todo momento  y decidió irse  a vivir a Londres con su familia. Isaiah tenía solo 12 años, no sabía inglés, sin embargo no tardó en convertirse en un aventajado alumno de un colegio cristiano que no excluía a los judíos. Años después  fue testigo de las corrientes filosóficas y políticas del siglo XX. Se dedicó en cuerpo y alma a analizar la libertad del ser humano y ha sido uno de los intelectuales  que más ha profundizado en el análisis del concepto y el peligro de las falsas utopías, las promesas de vendedores que seducen a los pueblos con la ilusión de procurarles un nuevo mundo feliz.

Fue un brillante alumno de la Universidad  y más tarde insigne profesor con deslumbrantes publicaciones como lo son sus Ensayos sobre la Libertad y el Poder de las Ideas, en los que presenta su posición con magníficos argumentos, muy valiosos en esta época en la que se tambalean los principios en que se basan las democracias occidentales, ofreciendo maneras para defender los fundamentos de nuestra civilización frente a quienes pretenden acabar con el sistema del que más libertades emergen.

El término  libertad tiene un sin número de definiciones que dependen de las ideas políticas y filosóficas de cada pensador. El profesor Berlín  hace una importante distinción  entre libertad positiva que se deriva del deseo del ser humano  de ser su propio dueño  y la libertad negativa que es la acción del individuo para no sufrir interferencias y conseguir que se garantice la ausencia de intervención.

Es verdad que no podemos ser absolutamente libres y debemos ceder parte de nuestra libertad para preservar el resto de ella. Ser libre es disponer de uno mismo pero con ciertos límites. Hay que actuar para que no decidan por mí, no dejarse influir por la naturaleza exterior o por otros seres humanos para no ser un esclavo. Esta es su filosofía que expuso en sus obras  en las que critica con virulencia los planteamientos de Rousseau. Mantiene que una gran parte del mundo civilizado ha sido seducida por el canto de la libertad que parece encontrarse en la obra El Emilio pero sin embargo el propio Rousseau ha sido siniestro en la valoración de la libertad del ser humano

El profesor Berlín se preguntaba: ¿Por qué alguien debe obedecer a alguien? Y para resolver a esta cuestión se sirvió de la  opinión de varios filósofos; Helvetius, Hegel, Saint-Simón  y especialmente Rousseau de quien se manifestó enemigo. El filósofo ginebrino  mantuvo que el ser humano es bueno por naturaleza  y por tanto cuanto más próximo esté a la naturaleza más feliz será, pero la comunidad exige su rendición poniendo unos límites a esa libertad. No hay dictador en Occidente que no haya aprovechado este concepto para ejercer su tiranía defendiendo que la persona no puede conducirse por sí misma y por tanto, debe conducirle una autoridad concreta. Robespierre, Hitler, Mussolini, Stalin y tantos otros se han apropiado de este postulado en toda su extensión. Berlín mostró su absoluto desacuerdo, no hay que ceder los derechos de la persona. La libertad no puede ser una  esclavitud, no hay que entregarla a ningún dirigente alegando que es necesario que te conduzcan para ser verdaderamente libres, ni entregar la conciencia a un dictador para que  indique el camino a seguir. Por eso Berlín considera a Rousseau  un verdadero enemigo de la libertad y combate su forma de entenderla. Para Habermas nuestra libertad debe estar fuera de cualquier control o manipulación humana.

La Unesco ha  propuesto que  el tercer jueves de noviembre sea el Día Mundial de la Filosofía y lo más importante de un sistema de convivencia pacífica es el de garantizar la Libertad de todos los ciudadanos. Cualquier día es bueno para recordarlo.

La autora es Académica correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación


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