El Teatro Romano acoge del 6 al 10 de agosto ‘Memorias de Adriano’, una lectura contemporánea del célebre texto de Yourcenar que cuestiona el poder, el legado y la política con alma
Rómulo Peñalver para Digital Extremadura – Mérida | 4 de agosto de 2025
¿Puede un emperador romano hablarnos como si fuera un político del presente? En el escenario milenario del Teatro Romano de Mérida, la respuesta es sí. Del 6 al 10 de agosto, el actor Lluís Homar encarna a Adriano en Memorias de Adriano, un monólogo íntimo y poderoso dirigido por Beatriz Jaén, basado en la novela de Marguerite Yourcenar.
La propuesta, coproducida por el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y el Teatre Romea, no es una simple recreación histórica. Es, como ha señalado su directora, “una invitación a la escucha y a la reflexión”. Y en estos tiempos de eslóganes vacíos y discursos huecos, la apuesta por una política con alma emociona.
Un Adriano que piensa, ama, duda… y habla con el corazón
“Esta obra me devolvió la esperanza en que un político pudiera hablar al corazón”, ha confesado Beatriz Jaén en la presentación de la obra. En escena, Adriano no solo repasa su vida, su enfermedad o su amor ; también se interroga sobre su legado y el futuro del imperio, como si sus palabras tuvieran eco en cualquier despacho presidencial actual.
Lluís Homar, que se sube por segunda vez al escenario de Mérida, ha descrito el papel como “necesario”. “Todos somos Adriano, pero también somos Trump. Está en nuestra mano decidir qué parte de nosotros sacamos a la luz”, ha declarado citando a Luis García Montero.
Un elenco de lujo en una ciudad que respira teatro
Homar no estará solo. Lo acompañan Clara Mingueza (Plotina), Álvar Nahuel (Antinoo), Ricard Boyle (Lucio y Quieto), Xavi Casan y Marc Domingo. Un equipo de altura para una obra que ya se perfila como uno de los platos fuertes del certamen.
Jesús Cimarro, director del Festival, ha recordado que esta será la segunda vez que Memorias de Adriano pisa Mérida, tras la versión protagonizada por Pepe Sancho hace más de dos décadas. “Es un texto lleno de lirismo y humanidad. Y esta versión trae una mirada fresca y actual”.
Y quizá, mientras el sol se esconde entre las columnas milenarias, un emperador moribundo nos recuerde lo esencial: que gobernar es, también, escuchar. Y que el arte —cuando se hace con verdad— nos devuelve el alma que la política a veces olvida.