maria guardiola

Más allá del 8M: la lucha por la igualdad no admite concesiones

Juan Preciado, 7 de marzo de 2025.- El Día Internacional de la Mujer volvió a resonar con fuerza en Extremadura, pero también con divisiones.

En el acto institucional celebrado en la Asamblea de Extremadura, la presidenta de la Junta, María Guardiola, abogó por un feminismo que trascienda la confrontación política y que se base en hechos y compromisos tangibles. Sin embargo, la ausencia de un manifiesto conjunto dejó en evidencia que la lucha por la igualdad sigue siendo un campo de disputa, cuando debería ser un pacto incuestionable.

Con la frase “la igualdad no tiene dueños”, Guardiola insistió en que esta causa no puede ser utilizada como una herramienta partidista ni como un lema que se desempolva cada 8 de marzo. Su discurso, cargado de llamados a la unidad, contrastó con la realidad de una celebración marcada por la falta de consenso entre los grupos parlamentarios. PSOE y Unidas por Extremadura decidieron no adherirse al manifiesto al considerar que el gobierno autonómico blanquea posturas extremistas al pactar con Vox, el único partido que niega la existencia de la violencia de género.

Feminismo sin concesiones ni silencios

El debate sobre la igualdad no puede quedarse en una arena política donde cada cual defiende su parcela de poder. La violencia machista sigue cobrándose vidas, y la desigualdad sigue marcando el día a día de miles de mujeres. No es suficiente con discursos de condena o con promesas de avance. Se requieren medidas reales que blinden derechos y eviten retrocesos en una lucha que aún no está ganada.

La propia presidenta alertó sobre el peligro de los discursos negacionistas que están calando en la juventud y dejó claro que la respuesta no puede ser tibia: hay que ser “activamente feminista, sin miedo y sin prejuicios”. Sin embargo, el contexto político actual en Extremadura pone en duda hasta qué punto esta declaración se traduce en acciones concretas y en una política que no ceda ante presiones que buscan minimizar la causa feminista.

La igualdad no es una moda, es justicia

En un momento en que la igualdad sigue siendo cuestionada desde diferentes frentes, el 8M no puede ser solo un día de declaraciones grandilocuentes. La falta de un manifiesto conjunto en Extremadura refleja una fractura que no ayuda a avanzar. Porque la igualdad no puede ser un eslogan ocasional, ni un tema de conveniencia política: es una deuda histórica y un derecho fundamental.

Las políticas de igualdad necesitan acciones contundentes: más recursos contra la violencia de género, medidas efectivas de conciliación, y una educación feminista que frene la ola de discursos machistas que tratan de relativizar o negar la opresión de las mujeres. Como dijo Guardiola, la igualdad “no puede ser una pancarta o una consigna”, pero tampoco puede quedar en un discurso vacío si no se acompaña de hechos.

El feminismo no admite medias tintas ni silencios cómplices. La lucha por la igualdad es de todas, pero sobre todo es una responsabilidad ineludible de quienes ostentan el poder. Si el 8M es aún una fecha de reivindicación, es porque todavía queda mucho por conquistar. Y mientras siga habiendo mujeres que sufren violencia, discriminación y desigualdad, no habrá espacio para concesiones ni para discursos ambiguos.