Un total de 3.292 personas han concurrido este sábado al proceso para acceder a 279 plazas de Secundaria y FP, en una jornada marcada por la normalidad, la igualdad y la esperanza de futuro docente
R. DEx, Extremadura, 21 de junio de 2025.- Amaneció pronto este sábado en diez centros educativos de Extremadura. A la misma hora que muchos desayunaban con calma, 3.292 opositores comenzaban su particular examen de vida: la lucha por una de las 279 plazas ofertadas por la Consejería de Educación, Ciencia y Formación Profesional para profesorado de Secundaria y varias especialidades de Formación Profesional.
El proceso, que forma parte de la última convocatoria pública, ha reunido a un 82,42 % de los más de 4.000 admitidos oficialmente, en una jornada sin incidencias y bajo un dispositivo que ha movilizado a 69 tribunales, 345 personas y un presupuesto superior al millón de euros.
La convocatoria más inclusiva
La edición de este año pasará a la historia como la más inclusiva de cuantas se han celebrado en Extremadura. La Junta ha habilitado salas específicas para la lactancia materna en todas las sedes, tras recibir nueve solicitudes de madres lactantes que contaron con la posibilidad de recuperar su tiempo de cuidado.
Además, se atendieron una veintena de solicitudes de adaptación del examen por parte de personas con discapacidad, siguiendo los criterios del Centro de Atención a la Discapacidad de Extremadura (Cadex). Todas las adaptaciones se llevaron a cabo con garantías de intimidad, equidad y pleno ejercicio del derecho al mérito y la capacidad.
“Lo que hoy queremos es que todo el mundo pueda realizar las pruebas en las mismas condiciones de igualdad”, remarcó la consejera Vaquera, agradeciendo el esfuerzo conjunto del personal docente, no docente y técnico que ha hecho posible esta convocatoria en tres grandes núcleos: Badajoz, Cáceres y Plasencia.
Comentario Editorial DEx
No hay examen más noble
Mientras muchos critican el sistema, miles estudian hasta el amanecer para enseñar a otros. Las oposiciones son el termómetro de una sociedad que aún cree en la igualdad de oportunidades. Y hoy, en Extremadura, esa fe ha tenido nombre, apellidos y rostro: el de los que esperan, con dignidad y esfuerzo, su pizarra y su aula.
