En una noche que marcó el inicio de la 70ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, la ópera Medea se convirtió en un poderoso medio para reivindicar los derechos de los más vulnerables: los niños. La representación, que tuvo lugar en el histórico Teatro Romano, no solo fue un espectáculo cultural, sino también un llamado a la conciencia sobre la violencia ejercida contra los menores.
La ópera, con música de Luigi Cherubini y recitativos de Alan Curtis, fue dirigida por Francisco Azorín y contó con la participación de la Orquesta de Extremadura bajo la batuta de Andrés Salado, y el Coro de Cámara de Extremadura. El elenco estuvo encabezado por la soprano Ángeles Blancas en el papel de Medea, el tenor Noah Stewart como Jasón, la mezzosoprano Nancy Fabiola Herrera como Neris, la soprano Leonor Bonilla como Dirce y el barítono Esteban Baltazar como Creonte.
La producción, que duró poco más de dos horas y se dividió en tres actos, fue una fusión de estilos que abarcó desde el clasicismo hasta el verismo. La ópera fue descrita como “extremadamente intensa y difícil de hacer” por el director de la OEX, Andrés Salado, y se destacó por su enfoque en la reflexión sobre el trato a los niños y la representación de Medea no solo como una figura trágica, sino también como una madre cuya única certeza es su pasión por Jasón.
El espectáculo comenzó con una proyección que recordaba a los espectadores los más de 40.000 homicidios anuales contra menores de 18 años, muchos de ellos resultado de malos tratos por parte de sus padres. Esta introducción estableció el tono para una interpretación que buscaba profundizar en la psique humana y sus claroscuros.
La puesta en escena fue una mezcla de música, danza e interpretación con casi 250 personas en el escenario y detrás de él. La ópera intentó contemporizar el mito griego de Eurípides, con Medea asesinando a sus hijos en un escenario de varias alturas, mientras los acordes de la OEX y el coro extremeño resonaban.
El vestuario mezcló elementos modernos como ropa de camuflaje militar y móviles con vestuarios neutrales, reflejando la intención de la producción de conectar el mito antiguo con el presente. La interpretación de Ángeles Blancas como una Medea furibunda y atormentada fue particularmente destacada, llevando la ópera a un clímax emocional y ganándose el aplauso del público.
La producción, que es una coproducción con el Teatro Real de Madrid y el Festival de Abu Dhabi, tendrá un segundo pase el sábado en el Teatro Romano. Además, el Festival de Mérida continuará la próxima semana con la comedia ‘La aparición’, dirigida por Paco Carrillo, que promete abordar los prejuicios sociales con humor y amor.
