No corren buenos tiempos en el Partido Popular de Mérida. Después de que la gestora dimitiera en bloque ante el nombramiento de la joven Fátima Mulero como candidata a la alcaldía de Mérida en vez del veterano Miguel Valdés, el malestar en los populares emeritenses era muy evidente.
La presidenta regional María Guardiola, después de recabar información diversa acerca de Mulero, y mantener diversas conversaciones con ella, ha pasado de depositar su confianza en ella y resaltar sus valores a apartarla y perder toda credibilidad en la ex candidata. Y en tan solo una semana. Al parecer Guardiola se siente engañada y decepcionada y reconoce haber cometido un error con la joven emeritense, que al saber tal pérddia de confianza en ella, según datos no revelados, ha dimitido.
Por todo ello, se está a la búsqueda de encontrar un candidato idóneo, es decir, y según sus propias palabras: » una persona ejemplar, valiente, centrada, respetuosa, con ganas de transformar, de integrar y unir. Una buena persona y buen gestor, si puede ser». Si puede ser, ha recalcado Guardiola.
“Será un candidato que venga a la política con transparencia y que tenga conocimiento pleno de cuáles son sus obligaciones acreditando la ejemplaridad que se le debe exigir a cualquier persona que quiera servir a su pueblo” asegura Guardiola.
“Cuando uno quiere representar a los ciudadanos en una institución, tiene que tener respuestas a muchas preguntas y éste no ha sido el caso. Esa es mi forma de entender lo público y eso va a ser lo que guíe mis pasos siempre”, explica Guardiola.
Subraya que los parámetros que miden lo privado y lo público son distintos, y que su nivel de exigencia para todos aquellos que formen parte de su equipo y de su proyecto no puede bajar jamás.
“Yo ya dije en mi presentación que venía a revolucionar la política con la verdad y pretendo hacerlo. En política hay dos tipos de errores, los que se asumen y los que se tapan, y a mí me vais a encontrar siempre en los primeros”, destaca.