TRASVASE TAJO SEGURA
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El agua constituye un recurso vital, estratégico y cada vez más escaso. El hombre
siempre se ha buscado la vida donde había recursos: caza, pesca, agricultura, bosques…
pero sobre todo agua. Literalmente, si se despoja una tierra de agua se vacía.
Bueno, pues todas estas obviedades o verdades de Perogrullo son sistemáticamente
desoídas por quienes nos mandan desde Madrid. Olvidando el cambio climático que
cada vez más nos acucia, en un proceso casi irreversible, se montó la obra faraónica,
antinatural y cada vez más sangrante del Trasvase Tajo-Segura. Y ahora, con cinco
inviernos seguidos de sequía, que han logrado la práctica extinción de los acuíferos, las
autoridades levantinas claman por sus cuotas de agua para riego cuando eso significaría
vaciar más la España vaciada.

Con la falacia del riego para la agricultura en Levante, con D. Ximo Puig a la cabeza,
alborotan porque quieren nuestra agua, nuestro último recurso. Como mucho, se trata
de siete mil agricultores mediterráneos, ¿cuántos son los agraviados en Castilla-La
Mancha o Extremadura?: varias decenas de miles. En realidad primero se trasvasó la
población a Valencia, Murcia y costa oriental de Andalucía y ahora se pretende dotar de
agua a una masa humana que, en temporada alta de turismo, quintuplica sus habitantes,
a los que dota, por ejemplo, de setenta campos de golf en Valencia, diez y seis en Murcia
y siete en Almería. Un presidente murciano tuvo la desfachatez de declarar que el
agricultor de su tierra administraba mejor el agua que el extremeño. ¿Acaso se refería a
la gestión del Mar Menor, hoy convertido en un auténtico Mar Muerto?. ¿No tienen
suficiente con la competencia desleal que practican en el sector del tomate, el arroz o
la fruta?.

Se ha llegado al caso sangrante de que la canalización del dichoso Trasvase discurriera
por poblaciones manchegas que no tenían garantizado el consumo humano. Por eso la
protesta tímida y en sordina de García-Page. ¿Y el Sr. Fernández Vara?, pues en un
silencio complaciente, cómplice y sumiso, cortando frenéticamente cintas de
inauguración, colocando primeras piedras y anunciando la Revolución Industrial, que ya
se produjo en el siglo XIX, para el presente extremeño. Eso sí, hay que votarle porque
trae en las alforjas la economía verde, circular y sostenible, con los ojos brillantes del
profeta recién llegado cuando lleva legislaturas calentando la poltrona. Como el tren
extremeño, las palabras de nuestro Presidente suenan anticuadas, fallidas, a deshora y
desde luego mendaces.

Y para que el agravio sangre aún más y en un alarde de cinismo, D. Ximo Puig lleva años
pidiendo el cambio de criterios en la financiación autonómica, exigiendo que se tenga
más en cuenta la población que el territorio a la hora de recibir fondos estatales. O sea,
que primero se llevan la gente, luego los recursos (hídricos, energéticos, comerciales,
comunicativos…) y al final pretende que se le pague por ello en detrimento de los
expoliados, de los vaciados.

Y la sangría afecta a toda Extremadura, no sólo a la cuenca del Tajo puesto que, en virtud
de acuerdos hispano-portugueses, los caudales que no entran en Portugal por el río Tajo
han de fluir por la cuenca del Guadiana. Así, al día de la fecha, la presa de Alqueva está
llena mientras, aguas arriba, los grandes embalses (Orellana, García de Sola…) no
alcanzan el 30 por ciento de su capacidad.

Por todo ello, si defendemos a los extremeños, si le decimos LEVANTA a nuestra tierra,
no podemos por menos que exigir la supresión del Trasvase Tajo-Segura. Como el aire
para respirar, el agua es la vida de Extremadura.

Cacereños por Cáceres, Extremadura Unida y Extremeños (Levanta Extremadura)


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