El libro —el sexto en su trayectoria desde 2015— reúne relatos, pensamientos y textos breves estructurados en cuatro partes. “Está escrito con un lenguaje sencillo, adaptado al siglo XXI, pero cargado de intención y de emoción”, explicó el autor. La obra recoge “temas diversos que surgen en cualquier momento de la existencia”.
Francisco de Borja, que comenzó hace años como cantautor musicando a poetas y otros autores, cerró la presentación tocando la guitarra con unas “ Coplas sabineras”, dándole al acto un aire íntimo y envolvente.
“Nostalgia (sin) sentidos no está pensado para leerlo de un tirón, sino a golpes de gusto”, explicó el autor. “Es un libro que se deja empezar, abandonar y retomar. El lector se llevará múltiples sensaciones. Está hecho para buscar algo más”.
Como guiño al futuro, el libro concluye con un relato imaginario sobre Los Ovando, que será el punto de partida de su próxima novela. “Nostalgia es un libro curioso”, definió él mismo con una sonrisa.
La sala se llenó para acompañar este recorrido por la memoria, la palabra y la música de un autor que combina sensibilidad, pensamiento y cercanía en cada proyecto.
«El río profundo»: un viaje a la memoria compartida y a la amistad que no se borra
La siguiente presentación llevada a cabo en la caseta fue la de El río profundo. Relatos, sucedidos y poemas, firmado por Alfonso Bernáldez Ordóñez, Carlos Sánchez Delgado y Salvador Calvo Muñoz, es más que un libro: es el testimonio vivo de una amistad forjada en los años 60 en el colegio San Antonio, una colección de recuerdos que resisten al tiempo.
“El río profundo son tres retazos de biografía. Tres vidas, tres amigos, y por desgracia solo quedo yo”, contaba con emoción Salvador Calvo Muñoz, único autor superviviente de este proyecto coral. Uno de los autores, Carlos Sánchez, era natural de Trujillo; el otro, Alfonso Bernáldez, ya había compartido otras dos obras con Salvador. “Este es el tercero, y espero que sea el último… que no me aparezcan más poemas por los cajones”, bromeó, con ternura.
Editado por El País Literario, el libro reúne relatos, sucedidos y poemas que son, en palabras de Salvador Calvo, «en su mayoría biográficos», y ofrecen un retrato muy personal del Cáceres de los años 60 y 70. Para quienes vivieron esa época, será un espejo; para los más jóvenes, una ventana a un tiempo y una ciudad ya transformada.
“Pocas veces hay un libro firmado por tres personas y que solo una esté viva para presentarlo. Creo que eso también lo hace peculiar”, comentó el autor. Una peculiaridad que se convierte en homenaje y celebración de lo vivido.
A la pregunta de cómo definiría el libro en una sola frase, Salvador lo resume con poesía:
“La amistad es profunda, tanto como el río Tajo, que nos ha dado el nombre.”
Reseñar que en acto literario que coincidió con la Fiesta del libro en este 23 de abril, también intervino María José Ordóñez, viuda de Alfonso Bernáldez. Dirigió unas palabras emotivas y llenas de sentimiento hacia su esposo, leyendo algunos de los textos incluidos en El Río profundo, y enseñando el cuaderno en el que se recogen los mismos, escritos a mano por el propio Alfonso.
La sala se llenó para acompañar este recorrido por la memoria, la palabra y la música de un autor que combina sensibilidad, pensamiento y cercanía en cada proyecto.
Entre libros, canciones y memorias, la Feria del Libro de Cáceres ha vivido una jornada cargada de verdad. Una verdad serena, escrita sin artificios, que nos recuerda que a veces, la mejor literatura nace cuando alguien decide mirar hacia dentro y contarlo con la voz bajita del que tiene algo importante que decir.