El 87 por ciento de los directivos extremeños espera que la economía regional «crezca o se mantenga igual», según se desprende de la edición extremeña del informe Perspectivas España 2017, elaborado por KPMG con la colaboración de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).
Los empresarios y directivos de Extremadura son los segundos que peor valoran la situación económica de su región, aunque son algo menos negativos cuando se les pregunta por 2017.
De esta forma, un tercio espera que la coyuntura mejore y más de la mitad augura un crecimiento de las ventas y del personal, según ha informado KPMG en nota de prensa.
Preguntados por su visión actual sobre la economía de Extremadura, un 23 por ciento de los empresarios la califica de «buena», un 45 por ciento de «regular», y un 32 por ciento de «mala» y «muy mala».
No obstante, y preguntados por la evolución en 2017, la percepción mejora significativamente, ya que un 35 por ciento de los empresarios espera que la economía mejore este año; un 52 por ciento prevé que se mantenga igual y sólo un 13 por ciento teme que empeore, es decir, menos de la mitad de los que ahora valoran la situación como negativa.
Otras conclusiones de la edición extremeña del informe Perspectivas España 2017 son que los empresarios extremeños son de los más pesimistas sobre la economía regional, además uno de cada dos pronostica un aumento de la plantilla y otro tercio espera mantenerla, las dos prioridades estratégicas son la mejora de procesos y el desarrollo de nuevos productos y además los empresarios piden a la Junta simplificación administrativa y más infraestructuras.
A nivel nacional, el ejercicio 2017 promete ser un «buen año» para las empresas españolas, según se desprende de las previsiones de facturación, plantilla e inversiones de las compañías que operan en el país.
Tres de cada cuatro empresarios y directivos afirman que en los próximos 12 meses crecerá el volumen de ventas, mientras que un 59 por ciento planea aumentar sus inversiones y el 46 por ciento prevé contratar más profesionales.
Más de un tercio de los 2.906 empresarios y directivos encuestados en todo el territorio nacional califica de «buena» la coyuntura actual, si bien aún son mayoría (59%) los que opinan que la situación no pasa de regular.
Preguntados por cuál será la evolución a 12 meses vista, una amplia mayoría (el 92%) cree que mejorará o se mantendrá igual y solo un 8% opina que empeorará.
De este modo, se confirma el cambio de tendencia observado hace tres años, cuando se produjo un punto de inflexión en las expectativas de las empresas españolas.
Así, si en 2012 un 95 por ciento calificaba la situación económica de España como «mala» o «muy mala», hoy solo un 7 por ciento así lo expresa.
El presidente de KPMG en España, Hilario Albarracín, señala que las empresas españolas encaran 2017 «con optimismo» y la certeza de que las prioridades estratégicas deben adaptarse a un entorno «de enorme cambio y complejidad».
Por su parte, para el presidente de CEOE, Juan Rosell, «durante 2017 todavía se van a mantener algunos de los factores de impulso que han permitido que se registren crecimientos muy notables en 2015 y 2016, si bien aún persisten elementos que reducen el potencial de la economía española, como la elevada tasa de paro o el alto nivel de endeudamiento público y privado».
En su opinión, «hay asignaturas pendientes que no deben pasarse por alto, como el avance en la reforma de las pensiones, la reducción de las cotizaciones sociales y la mejorar la fiscalidad y la educación».
Los empresarios y directivos españoles también hacen balance del periodo de incertidumbre política vivido en España durante gran parte del pasado año.
Así, el 55 por ciento de los encuestados afirma que la parálisis política ha tenido un «impacto negativo» en su empresa y solo el 9 por ciento dice haber sacado algún provecho de este periodo de indefinición institucional.
Cuando se les pregunta acerca de cuál ha sido ese impacto negativo, el 80 por ciento ha afirmado que ha generado incertidumbre y más de la mitad asegura que ha paralizado decisiones de inversión.
Asimismo, el periodo actual viene definido por una serie de cambios que están obligando a las compañías a redefinir sus prioridades estratégicas.
La transformación digital, el mayor poder y capacidad de elección de los consumidores y el entorno regulatorio «han cambiado las reglas del juego donde operan las empresas».
En este escenario, el 55 por ciento de los empresarios y directivos señala la mejora de procesos como principal prioridad estratégica para los próximos 12 meses, seguido del desarrollo de nuevos productos y servicios (46%) y de la transformación digital (43%).
La gran mayoría de las empresas españolas asegura en el informe de KPMG y CEOE que ya ha iniciado el proceso de transformación digital y solo un 17 por ciento admite no haber comenzado aún.
En cuanto a los impactos que este proceso ha tenido en sus organizaciones, el 49 por ciento dice que ha influido en la relación con los clientes y el 43 por ciento asegura que le ha ayudado a reducir costes y mejorar la eficiencia.
La incertidumbre política y el debilitamiento de la economía aparecen mencionadas como las dos principales amenazas para la economía, mientras que la carga regulatoria y la debilidad de la demanda son percibidos como los dos mayores riesgos a los que se enfrentan las empresas.
Los empresarios y directivos españoles expresan en este informe sus demandas al Gobierno central.
«La reforma de las pensiones y la rebaja de las cotizaciones sociales son los dos asuntos a los que, según los empresarios, el Ejecutivo debería conceder mayor prioridad»