Digital Extremadura
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El tren en Extremadura no se ha caracterizado por la calidad en el servicio ni por su rapidez. Sus líneas ferroviarias han estado siempre, o casi siempre, dejadas de la mano de Dios. Recuerdo cuando funcionaba la línea férrea Ruta de la Plata que, en mis traslados a Salamanca desde Plasencia en mi época de estudiante, principios de los años 60 del siglo pasado, el tren correo que partía de la capital del Jerte a las 15,20 horas, llegaba a la capital charra a las 21 horas. 5 horas y 50 minutos para recorrer los aproximadamente 145 km que hay por ferrocarril entre las dos ciudades. Velocidad media: menos de 25 km/h. Parada en todas las estaciones del recorrido. Tiempo después, los trenes TER entre Sevilla y Gijón mejoraron sensiblemente la prestación.

El gobierno de España cometió un error garrafal y en lugar de mejorar esta línea férrea vertebradora del oeste de España, suprimió el servicio ferroviario de la Ruta de la Plata entre las estaciones de Plasencia – Ciudad y Astorga dejando aislado a todo el oeste español y cerrando el camino más corto a Europa y a los puertos del sur y norte de España, sin pasar por Madrid, que es un cuello de botella para el tráfico ferroviario dada la concentración de convoyes que se da sobre la capital del reino.

El siguiente paso fue prometer que habría un AVE Madrid – Lisboa por Badajoz y que estaría listo en 2010. Vana ilusión. A lo largo del tiempo, este AVE dejó de ser AVE, para convertirse en AVE, pero menos, luego fue alta velocidad, después tren de altas prestaciones y por fin tren digno. Como ven un proceso degenerativo a lo largo del tiempo.

Después de muchas vicisitudes, dimes y diretes y mareos de perdiz, por parte de gobiernos centrales de todos los colores, llegamos a julio de 2022, cuando se lleva a cabo una primera inauguración, por parte de la ministra de Transportes, del tramo comprendido entre Plasencia y Badajoz, que teóricamente estaba finalizado, aunque era conocido que quedaban partes del trayecto en que las nuevas vías no estaban terminadas.

En el nuevo trazado se van a utilizar convoyes Alvia S-730 diésel al principio, e híbridos cuando se electrifique el tramo inaugurado. Pero claro, debido a que Extremadura es región de segunda división de España, no es separatista y tiene un gobierno regional poco reivindicativo, los convoyes adjudicados proceden de desecho de los usados en Galicia, convenientemente tuneados, pero más viejos que Matusalén, los pobres. `

Por cierto, la línea entre Badajoz y Plasencia además de no estar totalmente terminada, no dispone, hoy día, de un solo kilómetro electrificado. Además, se decide después de la inauguración a bombo y platillo iniciada en Plasencia, que los Alvia no entrarán en esta ciudad, lo que, como es natural, ha provocado la indignación de los placentinos, que ya pueden irse buscando cuanto antes una estación nueva situada en la línea de alta velocidad. La actual está en un fondo de saco y entrar allí supone un retraso de unos 30 minutos. Por cierto, la estación en línea estaba prevista y, de pronto, desapareció como por ensalmo de los proyectos iniciales.

No contentos con la primera inauguración, vienen el Rey y Pedro Sánchez para una segunda puesta en escena. Esta se hace solamente entre Cáceres y Badajoz pasando por Mérida. A Plasencia en esta ocasión la dejan de lado, probablemente para evitar protestas.

Y con sólo un servicio de ida y otro de vuelta diario a Madrid se inician las operaciones el día 19 de julio. Decían que tenía dispuestos 12 trenes Alvia y resulta que sólo se utilizarán dos.

Y nada más empezar el servicio de los Alvia, comienzan a producirse errores en el control de tráfico y derivan el tren por la vía antigua en lugar de discurrir por la nueva. También se producen averías en los trenes, falta el aire acondicionado en algunos momentos en plena canícula extremeña, y, además. se acumulan retrasos considerables.

En fin, un desastre que era previsible dada la avanzada edad de los convoyes y por la precipitación en inaugurar algo que no está totalmente terminado ni comprobado su correcto funcionamiento. Suponemos que todos estos fallos se corregirán en breve, pues si no es así, apañados estamos.

Ante estos incidentes y notables retrasos, el máximo dirigente de RENFE, viene a Extremadura a decirle en su cara a los extremeños que, puesto que hay retrasos, lo que harán será aumentar los tiempos de viaje y así se acabaron las demoras. Hay que tener cuajo y desvergüenza para hacer esta propuesta. Y el gobierno regional haciendo el paripé de estar muy indignado. Pero tragando con todo.

Después de toda esta parafernalia de inauguraciones y fastos, resulta que entre Plasencia y Madrid no hay un solo kilómetro de infraestructura terminada y el recorrido entre Madrid y Badajoz no estará finalizado hasta 2032. Los expertos del Club Senior de Extremadura que hacen un seguimiento del progreso de esta infraestructura, así lo acreditan en su último artículo.

Y la conclusión que la mayoría de los extremeños nos hacemos, es que un pueblo tan abnegado, sacrificado, leal y resignado como el nuestro, no merece estas faltas de respeto de los poderes públicos tanto centrales como autonómicos.

Estos últimos reivindican muy poco ante el poder central al que están entregados. Y entre tanto los contribuyentes de Extremadura pagan los mismos impuestos o más que, por ejemplo, Cataluña la región más favorecida de España, o que aquellas otras regiones fiscalmente privilegiadas como el País Vasco y Navarra y, en pago, reciben servicios públicos deplorables y ninguna consideración ni respeto.


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