Mucho se ha escrito sobre la falta de respeto que existe en España en lo que se refiere al derecho a la presunción de inocencia que está consagrado en la Constitución española y ya hace siglos se incluyó en la Declaración de Derechos humanos de 1789 y en la Quinta y Decimotercera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos. Algunos tratadistas se remontan en los antecedentes al Derecho Romano, influido por el cristianismo, si bien quedó invalidado este derecho con las prácticas inquisitivas de la Edad Media.
Sin embargo el Derecho Fundamental está vigente en la normativa actual pero se viola en ocasiones omitiendo la prueba concreta como sucedió con la condena a Dª Dolores Vázquez acusada de un crimen horrible en la persona de la joven Wannikhoff que todos conocemos por la repercusión mediática que produjo la noticia del asesinato tan terrible. Hubo un juicio paralelo con total impunidad.
Este diario ya se expresó sobre la injusta condena. La acusada presentó coartadas muy verosímiles corroboradas por varios testigos, aunque al parecer resultaron imprecisas para obtener un fallo justo. Mantuvo con insistencia que en la fecha del suceso estuvo en su casa, a varios kilómetros cuidando a su madre enferma y a una sobrina de corta edad y a pesar de ello fue condenada. El nombre de la presunta criminal se publicó de forma inmisericorde, teniendo en cuenta que al parecer había tenido una relación amorosa con la madre de la niña asesinada, como si ese dato tuviera algo que ver con el crimen, significara su culpabilidad. Se llegó a decir con gran crueldad que era bajita, gallega y homosexual. Lo cierto es que sufrió la condena de los medios con el rechazo de amigos y vecinos y las dificultades para obtener un empleo. Se investigó su vida, su patrimonio y datos nimios que nada ayudaban a resolver el grave asunto. Hubiera seguido en prisión durante una extensa condena pero el verdadero culpable apareció por casualidad cuando cometió otro crimen semejante y se despertaron las alarmas, comprobándose la verdadera autoría. Por fin obtuvo la libertad. Hubo una consternación general pero la reparación es imposible y ha sido escasamente indemnizada. Recientemente la señora Vázquez ha considerado oportuno hablar. Ha dicho que siempre creyó en la Justicia pero tuvo la desgracia de sufrir su equivocado fallo que le causó innumerables dramas personales y sociales de tan difícil reparación, que nadie puede imaginar.
Es cierto que no es correcto culpar a los comunicadores, el derecho de información y la libertad de expresión vienen igualmente protegidos por la Constitución, tienen el mismo rango y ambos son fundamentales para el desarrollo de la sociedad civil pero hubo gran presión mediática y hay que proteger la inocencia del inculpado como no se hizo en esta oportunidad y recordar el aforismo “Toda persona es inocente mientras no se demuestre lo contrario” que muchas veces se ignora. Dolores Vázquez sufrió pena de cárcel, con total injusticia y con imprecisión de pruebas. Estuvo más de quinientos días en la cárcel que es un lugar muy duro. No es una residencia universitaria y existe en ella marginación para los condenados según ha comentado, la Sra. Vázquez por ello merece recordarlo siempre que haya oportunidad para que no vuelva a suceder algo tan terrible. Es realmente positivo que hable la interesada con la finalidad de que tengamos siempre presente el daño sufrido.
LA AUTORA ES ACADÉMICA CORRESPONDIENTE DE LA REAL ACADEMIA DE JURISPRUDENCIA Y LEGISLACIÓN