Redacción DEx, 26 de diciembre de 2025.
La Junta Gestora del PSOE de Extremadura ha optado por el silencio estratégico. Su presidente, José Luis Quintana, evitó este jueves aclarar si los socialistas se plantean abstenerse en una hipotética investidura de la presidenta en funciones, María Guardiola, y lanzó un mensaje directo al PP: si necesita al PSOE para gobernar, será porque ha fracasado.
“Sería un fracaso rotundo y absoluto de Guardiola”, sentenció Quintana en rueda de prensa, marcando una línea roja política y discursiva que, de momento, deja a los socialistas fuera de cualquier iniciativa para facilitar la investidura. El mensaje es claro: el balón está en el tejado del PP, ganador de las elecciones, y no en el de un PSOE aún en shock tras el peor resultado electoral de su historia en Extremadura.
Desde la gestora se insiste en que no habrá movimientos preventivos. “Ella es la que debe buscar socios”, recalcó Quintana, recordando además que Guardiola ya pactó en 2023 con Vox, una alianza que hoy vuelve a condicionar el tablero político regional. Si hay llamada del PP, habrá reunión; si no, silencio. Y si se produce ese contacto, Quintana será el interlocutor. “Si me llama, iré”, dijo, sin añadir una sola pista más sobre el sentido del voto socialista.
Mientras tanto, el PSOE mira hacia dentro. La Junta Gestora se fija como horizonte máximo el mes de mayo para convocar un congreso extraordinario que elija nueva Ejecutiva regional, aunque su presidente dejó claro que no se adoptarán decisiones de largo recorrido. Eso sí, el corto plazo obliga: habrá que decidir quién ocupa los asientos del partido en la Mesa del Parlamento, quién dirige el Grupo Parlamentario Socialista y quién pone voz a la oposición.
En clave interna, Quintana reclamó “calma, trabajo y visión regional”, una apelación que suena a aviso ante las tensiones soterradas entre Cáceres y Badajoz. “La reflexión no se puede hacer con gritos ni con titulares”, afirmó, reclamando análisis “de puertas adentro” y lejos de los focos mediáticos.
Por tanto, el PSOE extremeño se parapeta, Guardiola espera, Vox observa y Extremadura sigue bloqueada. Nadie quiere dar el primer paso, pero todos saben que el tiempo corre… y factura.
