Un Regreso silencioso, una ovación impresionante
Vestido de negro, con la sobriedad y aparente calma que le caracterizan, Raphael apareció en escena como si fuera un día más en ese lugar tan especial para él. Sin embargo, el ambiente denotaba que no era una noche cualquiera. El público, consciente de la trascendencia del momento, le recibió en pie con una ovación atronadora, emocionante, un tributo a la figura de un artista que ha marcado varias generaciones. Fue el pistoletazo de salida a una actuación donde el jienense se mostró «más Raphael que nunca», demostrando que su fuerza y conexión con el público permanecen intactas.
La Voz que desafía al tiempo
El concierto arrancó con la energía de «La noche» y la reafirmación de «Yo sigo siendo aquel», dejando claro desde los primeros compases que su voz sigue siendo imponente y ajena al paso del tiempo. Durante más de dos horas, el artista hizo un recorrido por los grandes himnos que han jalonado su carrera, haciendo vibrar a un público llegado de diversas partes del mundo. Temas icónicos como «Mi gran noche», «Digan lo que digan», «Gracias a la vida» y «Estar enamorado» fueron coreados al unísono, en una muestra palpable del cariño incondicional de sus seguidores.
Novedad y tradición: De la chanson al himno inmortal
Raphael también reservó un espacio para los temas de su último disco, ‘Ayer… aún’, una incursión en la música francesa que deleitó a los presentes con interpretaciones magistrales de «La vie en rose», «Je ne regrette rien», «Hymn a l’amour» y «Padam, Padam». Sin embargo, el retorno a sus clásicos volvió a levantar al público de sus asientos, culminando la velada con un apoteósico final que incluyó las inmortales «Qué sabe nadie», la icónica «Yo soy aquel», la explosiva «Escándalo» y la emotiva «Como yo te amo».
El Stone & Music Festival ha destacado que el público se mostró «entregado, emocionado y consciente del espectáculo que estaba disfrutando, con un artista que nunca decepciona». La noche se cerró como empezó: con la audiencia en pie, el artista y sus seguidores emocionados y la certeza de haber presenciado, una vez más, algo verdaderamente único.
Raphael ha vuelto a lo grande, y lo ha hecho en el escenario idóneo, reafirmando su leyenda en el corazón de Mérida.