R. DEx, Cáceres, 3 de septiembre de 2025.- El proyecto de remodelación de la avenida Virgen de la Montaña en Cáceres ha encendido un debate que va mucho más allá del diseño urbano. El alcalde, Rafael Mateos, ha sido tajante: “no habrá marcha atrás”. Pese a abrirse un proceso participativo para recoger alegaciones ciudadanas y técnicas, el consistorio insiste en mantener la línea marcada: ensanchar aceras, eliminar el bulevar central y tocar —aunque sea parcialmente— el arbolado existente.
La ciudad que avanza, los árboles que caen
La avenida Virgen de la Montaña no es cualquier calle: es un eje vertebrador que conecta la plaza de Colón con el corazón del centro urbano. Sus árboles centenarios y setos conforman un corredor verde en una ciudad que, como tantas, acusa la falta de sombra en veranos cada vez más sofocantes.
El alcalde recalca que “no tocar un árbol no puede ser un impedimento para que la ciudad avance”, defendiendo que se repondrán las especies eliminadas y que el equipo redactor ha priorizado la conservación de la vegetación. Sin embargo, colectivos como Cáceres Verde cuestionan que replantar compense la pérdida de ejemplares de gran porte, imposibles de reemplazar en décadas.
Mateos justifica que la opción elegida no es sólo política, sino técnica, y recuerda que “otras alternativas fueron estudiadas”. La oposición, en cambio, interpreta la reforma como un despilfarro económico. Unidas Podemos eleva el coste a más de cuatro millones de euros frente a los 2,7 millones previstos por el Gobierno local. La polémica se mezcla con reproches: Mateos acusa a anteriores responsables municipales de despilfarrar viajando a Nepal para un proyecto del Gran Buda aún sin materializar.
“Invertir en mejorar la ciudad de Cáceres no es un despilfarro”, subraya el alcalde Mateos, convencido de que los ciudadanos percibirán un impulso en los próximos meses.
Lupa DEx
La controversia de la Virgen de la Montaña reabre un dilema recurrente: ¿qué pesa más, la modernización del espacio urbano o la preservación del patrimonio natural?
En una ciudad que aspira a ser Capital Europea de la Cultura 2031, los árboles no son sólo vegetación: son historia, sombra, identidad y calidad de vida.
La pregunta que queda en el aire es si el modelo de ciudad sostenible puede crecer arrancando sus raíces más visibles.