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Robe inmortaliza una noche de rock y libertad ante 30.000 seguidores en Madrid

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Madrid, 26 de mayo de 2024 – El Auditorio Miguel Ríos de Rivas se convirtió en un santuario del rock la pasada noche, donde Robe, el legendario líder de Extremoduro, ofreció un concierto que quedará grabado en la memoria de los 30.000 asistentes como uno de los más emblemáticos de su carrera.

Variedad de edades, emociones encontradas, ensimismamiento ante tanta entrega y verdades como puños hechas canciones, una banda de fantásticos músicos, extremeños como él, desde Lorenzo González, qué voz, hasta Wody Amores, qué guitarra, un Robe pletórico en una gira que pasará a la historia del rock genuínamente extremeño-español como no hay otro hoy día en este país rockero y libre que parece ser España cuando un genio » normal y evidente» se sube a un escenario durante tres horas y media, con el consiguiente descanso » para beber y mear pero que no os vean», ja,ja.

Robe lleva hasta el éxtasis con una presencia que lo dice todo: lengua fácil, frases contundentes, verdades incuestionables, música maravillosa, ambiente genial. ¿ Qué más se puede pedir hoy día en un concierto donde los 30.000 asistentes forman un totum revolutum con el líder?.

Con la guitarra en alto y el corazón en la mano, Robe se despidió de su antiguo yo para abrazar su nueva etapa musical. El evento, que marcó el inicio del verano madrileño, fue una oda a la libertad y al arte, con un repertorio que fusionó la nostalgia de Extremoduro con la frescura de su cuarto álbum en solitario, “Se nos lleva el aire”.

La primera parte del concierto fue un viaje emocional con temas como “Destrozares” y “La canción más triste”, que resonaron bajo un cielo anaranjado al atardecer. La audiencia, en un acto de comunión, reflejó cada letra y cada nota en abrazos y gestos de cariño, viviendo el momento con una intensidad que solo la música de Robe puede evocar.

Tras un breve intermedio, la noche se transformó en una fiesta de rock sin límites. Los acordes de “Haz que tiemble el suelo” y “Viajando por el interior” se mezclaron con clásicos de Extremoduro, culminando en la euforia colectiva de “Ama, ama, ama y ensancha el alma”.

El concierto de Robe no solo fue un espectáculo musical, sino también una declaración de principios: ser libre, vivir el presente y dejar que el arte nos guíe. Madrid fue testigo de cómo un músico puede evolucionar sin perder la esencia que lo convirtió en un ícono del rock español.

 


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