No sabemos de quien ha sido la idea en algunas comunidades de impedir a los alumnos estudiar en español y que el conocimiento del idioma local sea requerido para el ejercicio de una profesión .Es decir que para obtener una plaza de médico, docente o personal de la Administración de algunas bellas tierras se valore más dominar la lengua propia que los conocimientos técnicos o científicos.
Según Descartes solo los seres humanos pueden comunicarse entre sí, aunque algunos consideran que los animales se entienden a través de sonidos. Los primeros signos se escribían en las arenas de los ríos o playas. Los griegos se relacionaban mediante el dios Hermes, el de los pies alados, que llevaba los mensajes a los diferentes territorios, de ahí el nombre de hermenéutica, la interpretación que tanto estudiaron Gadamer y Dilthey maestros de Ortega y Gasset quien dijo que las palabras son “soplos de aire estremecido”.
Ha sido un deseo secular de filósofos y escritores que toda la humanidad hablara una misma lengua. No ha podido conseguirse. Hace más de un siglo se creó un idioma artificial, el Esperanto, pero apenas tuvo éxito. En la actualidad existen más de 7.000 idiomas en el mundo. Lo ideal hubiera sido encontrar un lenguaje común que pudieran hablar la mayoría de los pueblos. En la Edad Media se utilizó el latín pero era minoritario, lo dominaban las personas cultas. Hoy, una gran parte de los países occidentales, se relaciona en inglés y español, lengua materna de más de quinientos millones de personas. Las principales Organizaciones Internacionales lo usan en sus comunicaciones: la Unión Europea, la Organización de Estados Americanos, el Tratado Antártico, las Sociedades Deportivas, FIFA etc.
Alfonso X el rey sabio calificó el español como “el primor del lenguaje” y hay que valorar las obras magnificas que pueden conocerse en este extraordinario medio de comunicación: importantes ediciones de los clásicos: el Quijote, los Episodios nacionales, poemas de los Machado y muchos otros tan preciosos. Cervantes es considerado el autor español más leído del mundo, un verdadero referente, como Shakespeare lo es en inglés, Víctor Hugo y Flaubert en francés. Además de este inmenso caudal se hablan en España varias lenguas: la catalana, la navarro aragonesa, que apenas se utiliza, la astur leonesa bastante desconocida, la gallega y el eusquera, todas muy consideradas, según los expertos, pero decidir que es más importante conocer la lengua de la comunidad que la preparación para el ejercicio profesional es una decisión equivocada.
Recientemente un Tribunal ha dictado sentencia determinando que se estudie el español al menos en un 25% de las materias, en toda España, parece que incomprensiblemente no se acepta en algunas comunidades. Algo inaudito, no se entendería que en el Reino Unido no pudiera estudiarse en inglés, ni en Francia en francés. Ya sabemos lo que decía una canción infantil: se extrañaba un portugués de que todos los niños en Francia supieran hablar francés En este momento muchos niños españoles no pueden estudiar en español aunque así lo haya decidido un Tribunal.
Es un retroceso pedagógico que perjudica a los ciudadanos, no hay que olvidar a las clases menos favorecidas, teniendo en cuenta que los alumnos de alto nivel económico tienen la posibilidad de estudiar en la lengua que elijan para su mejor formación y posibilidades de empleo. Se constata que muchas familias envían a Reino Unido o a Estados Unidos a sus estudiantes para completar su formación y por las posibilidades que ofrecen.
Ningún idioma debe estar ausente, ni ser relegado en su estudio pero no es congruente que se considere por encima del conocimiento profesional. Para una intervención quirúrgica lo importante es la preparación específica cuyo aprendizaje dura muchos años. Los arquitectos e ingenieros que levantan un puente tienen que ser expertos en la técnica constructiva, eso es lo que importa.
El Presidente de la Real Academia de la Lengua emitió un comunicado muy difundido, en el que pedía al Gobierno “la protección que el artículo 3 de la Constitución dispensa al español como lengua oficial del Estado, que todos los españoles tienen el deber de conocer y el derecho de usar”. No debe restringirse su estudio. Los que proponen este sistema infravaloran al pueblo perjudicando a las clases más vulnerables. Tienen que rectificar sus planteamientos.
La autora es Académica Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación