Entre los diferentes tipos de sistemas de climatización más efectivos que se pueden instalar en cualquier tipo de vivienda para alcanzar la temperatura de confort, sin lugar a dudas, se encuentra el suelo radiante. Este tipo de sistema de climatización —o únicamente de calefacción—, dependiendo del modelo, se basa en la instalación de un circuito de tuberías o de resistencias que quedan bajo el suelo de toda la vivienda.
Gracias al suelo radiante, podemos disfrutar de unos excelentes niveles de confort térmico en nuestros hogares, ya que la temperatura de confort se distribuye de forma homogénea a lo largo y ancho de toda la vivienda. De este modo, en la actualidad, se trata de unos de los sistemas de climatización de baja temperatura que mejores resultados proporcionan, ya que evita corrientes de aire y no ocupa espacio en ninguna estancia a diferencia del sistema de climatización por radiadores o incluso el aire acondicionado.
Ahora bien, como acabamos de decir, existen distintos tipos de sistemas de suelo radiante, como el eléctrico y el hidráulico, que cuentan con algunas diferencias en cuanto a su instalación y en cuanto a su funcionamiento. Por este motivo, los expertos en este tipo de instalaciones, de TSclima, cuyos servicios puedes contratar en https://tsclima.com/suelo-radiante/, nos van a mostrar las diferencias entre ambos sistemas de climatización y cuáles son las ventajas principales de cada uno de ellos. ¡Sigue leyendo si quieres conocerlas con nosotros!
¿Qué es y cómo funciona el suelo radiante eléctrico?
Como hemos mencionado anteriormente, el suelo radiante se trata de un sistema de climatización de baja temperatura que se instala bajo el suelo que tiene la ventaja de distribuir la temperatura de manera uniforme, evitando las corrientes de aire que, en otras opciones de climatización también pueden ser bastante molestas y que no ocupa espacio en el interior de las estancias.
Ahora bien, cuando nos centramos en el suelo radiante eléctrico, tenemos que hablar de una resistencia eléctrica con forma de red que queda instalada bajo el pavimento de la vivienda que se encarga de transformar la energía eléctrica en energía calorífica. Algunas instalaciones contienen un termostato que permite regular de manera eficiente la temperatura de cada una de las estancias de la vivienda. Existen distintas variantes, como el cable, la losa y la malla, así como el folio radiante.
En este caso, debes saber que el suelo radiante eléctrico sirve únicamente para proporcionar calefacción en invierno, ya que la resistencia eléctrica no puede proporcionar refrigeración en los meses de verano. Sin embargo, ofrece unos elevados niveles de confort térmico durante los meses más fríos del año y funciona de forma inmediata sin necesidad de tener que instalar una caldera.
Ahora bien, como desventaja, podemos decir que su consumo eléctrico se puede traducir en un mayor gasto energético y en un mayor coste de la factura a final de mes, a pesar de que en la actualidad existen opciones bastante eficientes. Además, para su instalación necesita una reforma que puede ser bastante cara desde el punto de vista económico.
Suelo radiante hidráulico: ¿qué es y cómo funciona?
El suelo radiante hidráulico, a diferencia del eléctrico, utiliza un sistema de tuberías bajo el suelo a través del cual circula agua caliente o fría, dependiendo de la época del año en que nos encontremos. Este sistema permite proporcionar tanto calefacción en invierno como refrigeración en verano, por lo que es una opción más versátil y completa de climatización durante todo el año.
Las tuberías del suelo radiante hidráulico suelen estar elaboradas con materiales plásticos de alta resistencia, como el polietileno, material que garantiza durabilidad y eficiencia. Estas tuberías suelen ir conectadas a una bomba de calor reversible (aerotermia) o a una caldera que calienta o enfría el agua dependiendo de las necesidades.
Cuando el agua caliente circula en invierno, el calor se transmite a través del pavimento, generando un ambiente confortable en el hogar. En verano, el sistema puede hacer circular agua fría, proporcionando una sensación de refrigeración sin corrientes de aire molestas y proporcionando un ahorro energético importante en comparación con los sistemas de aire acondicionado tradicionales.
El suelo radiante hidráulico se considera uno de los sistemas más eficientes de climatización, ya que trabaja con bajas temperaturas y gasta menos energía que otros sistemas. Gracias a ello, podemos decir que es una opción perfecta para viviendas de gran tamaño donde el ahorro a largo plazo es un factor importante a tener en cuenta. Además, es compatible con energías renovables, como los paneles solares térmicos, lo que permite mejorar su eficiencia y reducir el impacto ambiental.
No obstante, el suelo radiante hidráulico también tiene algunas desventajas. Su instalación suele ser más costosa y requiere una reforma significativa, lo que puede ser una inversión considerable, especialmente en viviendas que no sean de nueva planta. Además, este sistema de climatización puede tardar en alcanzar la temperatura deseada.
¿Cuál es la mejor opción para instalar en una vivienda?
A la hora de elegir entre el suelo radiante eléctrico y el hidráulico, es importante tener en cuenta varios factores, como, por ejemplo, el tipo de vivienda, el clima de la región, el presupuesto y las necesidades específicas de cada hogar. Cada uno de estos sistemas tiene unas ventajas particulares que lo hacen adecuado para distintos casos.
En el caso del suelo radiante eléctrico, podemos decir que resulta ideal para instalar en viviendas pequeñas o de uso ocasional, como segundas residencias, ya que es más fácil de instalar y no requiere una inversión inicial tan grande. Además, al ser un sistema de calefacción rápida, es especialmente útil en zonas donde los inviernos son fríos y los veranos cálidos, ya que en época estival no funciona.
Además, si bien su consumo energético puede ser mayor, su uso exclusivo en los meses más fríos del año no debería implicar un aumento considerable en la factura de la luz en términos anuales. Sin embargo, el hecho de que no pueda utilizarse para refrigeración limita su funcionalidad en aquellas zonas en las que hace más calor durante el verano.
En cuanto al suelo radiante hidráulico, podemos decir que es una opción más recomendable para viviendas de uso permanente, de gran tamaño o para aquellas que se encuentran en climas de clima extremo, de inviernos fríos y veranos calurosos.
A pesar de que su instalación inicial suele ser más cara, su eficiencia a largo plazo permite amortizar la inversión antes de lo que piensas, y su capacidad para proporcionar climatización durante todo el año le otorga una ventaja importante. Además, al ser un sistema de bajo consumo y compatible con sistemas de energías renovables, permite disfrutar de un enorme ahorro en la factura de la electricidad y una menor huella ambiental.