La digitalización de los procesos empresariales no solo es una tendencia, sino una exigencia normativa. En este contexto, la facturación electrónica obligatoria se presenta como un paso crucial hacia una mayor transparencia fiscal, control del fraude y eficiencia operativa.
Para pymes y autónomos, entender las implicaciones de esta transformación es clave para cumplir con la normativa vigente y adaptarse con éxito al nuevo entorno digital.
Uno de los pilares normativos que sustenta esta evolución es la Ley 11 2021 de 9 de julio, de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, también conocida como Ley Antifraude.
Esta ley impulsa, entre otras cosas, la implantación de sistemas electrónicos que garanticen la verificación de facturas digitales y el control de la actividad económica en tiempo real. A esto se suma el nuevo sistema Verifactu, que complementa esta estrategia de control y digitalización.
¿Por qué es importante la facturación electrónica obligatoria?
Lejos de ser una opción, la facturación electrónica es una obligación legal que impacta directamente en la operativa diaria de empresas y trabajadores por cuenta propia. Esta medida busca acabar con prácticas fraudulentas, evitar la doble contabilidad y fomentar la transparencia fiscal.
Además, permite a las administraciones tener un mayor control sobre los ingresos y gastos de los contribuyentes en tiempo real.
Para pymes y autónomos, esta obligación conlleva una serie de ventajas:
- Agilización de procesos: La automatización reduce errores humanos y facilita la gestión documental.
- Reducción de costes: Menor gasto en papel, envío y almacenamiento físico.
- Mayor seguridad: Las facturas digitales están encriptadas, firmadas electrónicamente y tienen un respaldo legal.
- Cumplimiento normativo: Adaptarse a tiempo evita sanciones y asegura una buena relación con la Agencia Tributaria.
La Ley 11/2021, de 9 de julio: marco legal contra el fraude fiscal
La Ley 11/2021, de 9 de julio, marcó un antes y un después en la fiscalidad española. Esta norma tiene como objetivo principal combatir el fraude fiscal mediante una serie de medidas orientadas a reforzar el control de las operaciones económicas.
Entre sus disposiciones más relevantes para pymes y autónomos, se encuentran:
- Prohibición de software de doble uso: Ya no se permiten los programas que permiten llevar contabilidades paralelas o alterar facturas.
- Obligación de usar sistemas que garanticen la integridad, conservación y trazabilidad de los datos.
- Impulso de la facturación electrónica como medio para un mayor control fiscal y menor evasión de impuestos.
Esta ley también ha supuesto el punto de partida para la implantación del sistema Verifactu, destinado a facilitar la supervisión fiscal en tiempo real.
¿Qué es el sistema Verifactu y cómo afecta a tu negocio?
Verifactu es una funcionalidad que se incorpora en los sistemas informáticos de facturación, desarrollada por la Agencia Tributaria. Su objetivo es permitir la verificación de facturas digitales de forma automática y segura.
A través de este sistema, cada factura generada por una pyme o autónomo puede ser enviada en tiempo real a Hacienda, garantizando así que no pueda ser modificada, eliminada o manipulada.
Este nuevo sistema se basa en dos principios:
- Transparencia total en la facturación: Cada factura se registra de manera única, con un código identificador y un resumen criptográfico que la hace inalterable.
- Conectividad con la AEAT: El sistema permite, de forma voluntaria (por ahora), enviar cada factura directamente a la Agencia Tributaria, permitiendo su comprobación inmediata.
Aunque el uso de Verifactu no es aún obligatorio en todos los casos, se espera que lo sea en un futuro cercano, como parte de la estrategia global de digitalización de los procesos fiscales.
¿Cuándo entra en vigor la facturación electrónica obligatoria?
La obligatoriedad de la facturación electrónica para pymes y autónomos está recogida en la Ley Crea y Crece (Ley 18/2022), que complementa a la Ley 11/2021. Según esta normativa:
- Empresas con una facturación superior a 8 millones de euros: están obligadas a emitir facturas electrónicas desde 2024.
- Pymes y autónomos con facturación inferior: tendrán un plazo de dos años desde la publicación del reglamento que aún está pendiente de aprobación.
Es importante tener en cuenta que, aunque el reglamento todavía no se ha publicado oficialmente, se espera que entre en vigor a lo largo de 2025, por lo que las empresas deben prepararse cuanto antes para su implantación.
¿Qué deben hacer las pymes y autónomos para adaptarse?
La transición hacia la facturación electrónica y el cumplimiento de la Ley 11/2021, de 9 de julio requiere de una serie de pasos estratégicos. Algunas recomendaciones clave son:
- Revisar el software de facturación: Asegúrate de que tu programa es compatible con los requisitos legales y que incluye la opción de conexión con el sistema Veri*factu.
- Formación interna: Tanto los gestores como los empleados deben estar formados en el uso de nuevas tecnologías de facturación y en los aspectos legales asociados.
- Asesoramiento especializado: Consultar con asesores fiscales o expertos en transformación digital puede facilitar una implementación más eficiente y evitar errores que puedan suponer sanciones.
- Comenzar cuanto antes: Aunque la obligatoriedad aún no aplica a todos, empezar la migración digital ya puede ser una ventaja competitiva y evitar contratiempos futuros.
Como reflexión final, destacar que adaptarse a estas exigencias no debe verse como una carga, sino como una oportunidad para modernizar la gestión empresarial y ganar en competitividad. Cuanto antes se inicie esta transición, más preparada estará la empresa para cumplir con la normativa sin contratiempos y aprovechar todas las ventajas de la digitalización.