Pedro Rocha, quien fuera proclamado candidato único a la presidencia, ha visto cómo su situación legal ha dado un vuelco dramático. La jueza Delia Rodrigo, al frente del juzgado de Instrucción número 4 de Majadahonda, ha alterado la condición de Rocha de testigo a investigado en el denominado “caso Brody”, que indaga en la posible corrupción en los contratos de federativos durante la era de Luis Rubiales.
El cambio de estatus de Rocha no fue el único revés del día. Pocas horas después, el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) procedió a expedientarle por una “falta muy grave”, poniendo en manos del Consejo Superior de Deportes (CSD) la decisión sobre una posible inhabilitación que podría apartarle definitivamente de la presidencia de la RFEF.
La jornada para Rocha comenzó con su declaración como testigo por los contratos de Rubiales en la Federación de Fútbol. Sin embargo, tras una declaración que se extendió por más de media hora, y una espera de dos horas y quince minutos, Rocha emergió del juzgado no como testigo, sino como investigado. A pesar de la gravedad de la situación, mantuvo la calma y afirmó sentirse tranquilo y con la conciencia limpia.
La decisión de la jueza Rodrigo llegó tras la petición del fiscal Anticorrupción José Miguel Alonso, motivada por la falta de respuestas claras de Rocha y su alegado desconocimiento sobre ciertos aspectos cruciales de la investigación. Rocha, que ocupó el cargo de vicepresidente económico de la RFEF y presidió la Comisión Gestora tras la dimisión de Rubiales, se desvinculó de los contratos bajo sospecha, alegando no tener participación en ellos.
Este escándalo surge tras los registros realizados por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil el pasado 20 de marzo, que incluyeron la sede de la RFEF y la residencia de Rubiales en Granada. Estos eventos son el último capítulo de una serie de controversias que han envuelto a la RFEF, incluyendo la dimisión de Rubiales en septiembre de 2023 tras una sanción de la FIFA y un incidente con la jugadora Jenni Hermoso.
El futuro de la RFEF y de Rocha pende de un hilo, mientras el mundo del fútbol español aguarda con expectación las próximas revelaciones de este caso que amenaza con redefinir el panorama deportivo nacional.
