produccion de baterias de litio
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Una factoría de reciclaje de baterías en el entorno de Cáceres es una alternativa viable a la mina de litio. Distaría unos 300Km tanto de Madrid, como de Lisboa y Sevilla y dispondría de conexión por ferrocarril con ellas. Existe suelo disponible para albergarla. La Universidad de Extremadura garantizaría la formación del personal, así como la imprescindible sinergia entre investigación e innovación. Una factoría de este tipo proporcionaría más y mejor trabajo del que proporcionará la mina. Es un proyecto ecológico de economía circular susceptible de las ayudas “Covid” de la CEE. Una ubicación posible seria la estación Arroyo-Malpartida y sus terrenos aledaños con beneficios evidentes. 

Casi todo Cáceres se opone a la mina de litio y con buenas razones. Dará trabajo (no mucho) durante 20 o 30 años (si no cambia la tecnología de las baterías) y a cambio nos proporcionará un deterioro medioambiental que deberemos soportar durante esos años y que costará mucho superar cuando se cierre la mina.

Sin embargo, se pueden obtener los beneficios del litio sin la mayoría de sus inconvenientes montando una “fabrica” de litio. Una planta de reciclaje de baterías que proporcionaría el actualmente preciado metal y otros componentes aún más valiosos sin los inconvenientes que traerá la mina. Cáceres y su entorno tienen muy buenas opciones para llevarla a cabo.

Esta es una apuesta difícil, especialmente en su aspecto tecnológico, pues la tecnología de reciclaje de baterías de litio no está todavía completamente madura. Sin embargo, una solución al reciclaje de baterías es absolutamente imprescindible para el desarrollo del vehículo eléctrico y más en estos momentos en que ningún país del mundo está dispuesto a ser el basurero de los países desarrollados y las exigencias medioambientales son globales. En todo el mundo se está trabajando intensamente en técnicas de reciclaje de baterías- especialmente en China y Corea del Sur-, y cada día aparecen nuevas y mejores soluciones.

“Todo el mundo” quiere entrar en el negocio de las baterías. En todas partes quieren poner una fábrica de baterías. En Barcelona, se habla de transformar en una fábrica de baterías la que todavía es la instalación de Nissan. La Comunidad Valenciana ha presupuestado 30M€ para el desarrollo de una fábrica de baterías que parece cuenta con la colaboración de La Ford ya presente en Almusafes. También en Extremadura se quiere instalar una fábrica de baterías; una empresa tiene el proyecto de instalarla en el centro logístico de Badajoz, y se oyen voces para instalar otra en Cáceres como compensación a la mina.

Todos quieren una fábrica de baterías y todos se pelearán por ella. Pero.

¿Cuántos quieren una factoría de reciclaje? Parece que menos. Una planta de reciclaje tiene menos atractivo, tiene “mala prensa” pero precisamente por eso tiene menos competidores, y por lo mismo más probabilidades de salir adelante.

Los primeros interesados en disponer de una solución son los fabricantes de automóviles pues tienen que garantizar por ley el reciclaje durante todo el ciclo de vida de los vehículos. Todos los fabricantes de automóviles eléctricos están intentando montar sus soluciones. Renault tiene previsto desmontar las baterías en los concesionarios y después enviarlas a plantas de reciclaje en Francia; Volkswagen tiene el objetivo de reciclar el 97% de todos los materiales existentes en las baterías -actualmente reciclan el 53% en su planta de Salzgitter-; Tesla ha manifestado que está comprometida al 100% en un objetivo similar.

Una planta de reciclaje de baterías puede ser una muy buena aliada de los fabricantes de vehículos y puede darles un servicio esencial para todos ellos sin favorecer especialmente a ningún competidor.

Pero no solo los fabricantes de automóviles, también compañías eléctricas están interesadas en el reciclaje, como Endesa que está utilizado baterías recicladas (ya no válidas para las exigencias de los vehículos, pero si para otros usos) como sistema de almacenamiento para la central térmica de Melilla. En esta misma línea ha surgido una gran oportunidad para Cáceres con la decisión de ubicar aquí un Centro Almacenamiento Energético. Si bien estas soluciones son una primera fase en el proceso completo de reciclaje, abren el camino y facilitan la obtención de la solución completa.

Lejos de la visión del reciclaje como una industria sucia, deprimida, de bajo valor añadido, en suma, de chatarrería o desguace, una factoría de reciclaje de baterías será una instalación limpia y de alta tecnología, donde trabajarán profesionales altamente cualificados.

Los requisitos medioambientales que se exigen a este tipo de instalaciones y la complejidad de los procesos para recuperar los distintos elementos que componen las baterías requerirá una tecnología punta (especialmente química) y un personal altamente preparado. Esta factoría no se limitará solo a la obtención de litio, sino también a la de todos aquellos elementos raros, valiosos, y difíciles de obtener, que contienen las baterías como el níquel y el cobalto.

Además, la tecnología de las baterías está en constante evolución y lo esperable es que aparezcan nuevas baterías basadas en elementos distintos del litio. En este último caso la mina ya no sería de utilidad, y sin embargo una factoría de reciclaje seguiría viva y, si está bien gestionada y se mantiene en constante innovación, seguiría proporcionando trabajo y riqueza durante muchos más años que la mina.

Extremadura tiene experiencia exitosa en la industria del reciclaje, no en vano su principal grupo industrial, el Grupo Gallardo, surgió del reciclaje. Y por tanto sabe que estas opciones no se deben despreciar, sino todo lo contrario.

Cáceres y su entorno inmediato, por su situación geográfica y su red de comunicaciones, su capacitación humana, y el suelo disponible, tienen una muy buena oportunidad de albergar una instalación de reciclaje de baterías.

Situación geográfica: Cáceres y su entorno, están situados a aproximadamente a 300 Km. tanto de Madrid, como de Lisboa y Sevilla, tres grandes ciudades en las que se generarán una gran cantidad de baterías obsoletas que deberán reciclarse. Esto es, la factoría dispondrá de “materia prima inagotable”, no solo para 20 o 30 años sino para tantos como la factoría sea capaz de ser competitiva, lo que será así si sus trabajadores la hacen mantenerse a la vanguardia de las técnicas de reciclaje.

Red de comunicaciones: Existe una red de ferrocarril que une el entorno de Cáceres con estas tres ciudades, especialmente para el transporte de mercancías que no requieren un tiempo crítico, por lo que el transporte económico de la “materia prima” hasta el centro de producción está asegurado. (Habría que convencer a las autoridades lusas para que reabrieran el tramo entre Valencia de Alcántara y Abrantes, sería una razón más para convencer a nuestros vecinos y así poder poner en marcha el proyecto de tren turístico Navalmoral de la Mata-Castelo Branco promovido por la Diputación de Cáceres).

Capacitación humana: La Universidad de Extremadura es especialmente relevante para la formación de los futuros trabajadores altamente cualificados que exige este tipo de factoría, desde buenos gestores de negocio y expertos en logística, hasta los profesionales de las tecnologías de la información que se forman en el campus de Cáceres; hasta, y sobre todo, los especialistas químicos que se forman en la Facultad de Químicas del campus de Badajoz. Se deberá crear una sinergia continúa entre la necesaria innovación de la factoría y la investigación que se debe realizar en la universidad, un trabajo conjunto que es clave para cualquier industria de nuestro tiempo y que debería proporcionar tecnología autóctona no dependiente de agentes externos, evitando los riesgos de deslocalización, entre otros, que se corren cuando no es así.

Suelo disponible: En el entorno de Cáceres existe una gran cantidad de suelo a precio asequible y próximo a las vías de comunicación existentes (ferrocarril y autovías) capaz de albergar la factoría propuesta.

A modo de ejemplo y sin que sea una ubicación sin alternativa, se puede pensar en el entorno de la estación de ferrocarril de “Arroyo de la Luz- Malpartida de Cáceres”.

En este lugar y aledaños existe una gran cantidad de suelo libre tanto para ubicar la factoría en sí misma, como, en su caso y si fuese necesario, fuentes de energía limpia para el suministro de esta a la fábrica.

El acceso al ferrocarril para mercancías es inmediato y la variante de circunvalación de Malpartida, ya en proyecto, conectaría la instalación casi de manera inmediata con Cáceres y la autovía “Ruta de la Plata” así como, con el resto de la red viaria de Extremadura.

Además, existen edificios de Renfe que podrían rehabilitarse y reutilizar para la factoría, salvándolos de la ruina en que se encuentran actualmente y conservar así un patrimonio arquitectónico que en caso contrario se acabara destruyendo.

Por lo anteriormente expuesto parece razonable que tanto el entramado empresarial de Cáceres (que sería su promotor ideal) como su Diputación considerasen seriamente esta alternativa a “La Mina”. También porque parece que no sería especialmente difícil encontrar socios tanto tecnológicos como financieros entre los fabricantes de vehículos y las compañías energéticas.

Y más en estos momentos en los que tenemos que proponer a Bruselas proyectos que contribuyan a la mejora y conservación medioambiental y a la promoción de la economía circular. Proyectos en los que invertir los 140.000 M€ de ayuda para superar el efecto de la pandemia.

Una factoría de este tipo transformaría, tanto cualitativa como cuantitativamente, para bien y por muchos años, quizás cientos, el tejido industrial de Cáceres y su entorno, así como colateralmente, daría una nueva vida el eje Cáceres-Valencia de Alcántara-Portugal tan abandonado y deprimido últimamente.

Lino Fernández Berrocal

Imagen: Producción baterías de litio


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