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UPA denuncia la segunda peor vendimia del siglo y alerta de la crisis estructural del sector del vino

R. DEx, Campo, Madrid.- El campo español anda preocupado, y con razón. La organización agraria UPA ha dado la voz de alarma al anunciar que la vendimia de este año se quedará en torno a los 34 millones de hectolitros de vino. Dicho de otro modo: la segunda peor cosecha del siglo, solo por delante de la del año pasado, y muy lejos de las medias que rondaban entre los 40 y 43 millones.

El diagnóstico que hacen los agricultores no es cosa menor: una crisis estructural que lleva años fermentando, provocada por la caída del consumo mundial de vino, los estragos del cambio climático y rematada por trabas comerciales como los aranceles impuestos en su día por Donald Trump.

La uva se resiente

La primavera pintaba bien, con lluvias generosas que hacían pensar en una cosecha abundante. Pero entre el mildiu que arrasó viñas en Andalucía, La Rioja y Castilla y León, los pedriscos que dejaron cepas maltrechas, y la ola de calor de agosto —la más intensa de la que hay registros—, las esperanzas se fueron agriando.

Castilla-La Mancha, La Rioja, Extremadura, Andalucía y Castilla y León son las regiones donde más se notará el bajón. Y no es solo cuestión de cantidad: el propio stock de vino se ha reducido en un 1,4%, situándose en cifras bajas y preocupantes.

Voces desde el terruño

Alejandro García-Gasco, responsable de Viñedo de UPA, ha subrayado la gran vulnerabilidad del sector al cambio climático, mientras que el técnico José Manuel Delgado ha recordado el papel del viñedo como auténtico cortafuegos en los incendios de este verano, especialmente en Valdeorras y Monterrey.

Por su parte, Ignacio Huertas, secretario de Agricultura de UPA, ha denunciado que los viticultores siguen sin cubrir los costes de producción, pese al esfuerzo y a la tradición que arrastran sobre sus espaldas. Y ha señalado directamente a las comunidades autónomas por “mirar hacia otro lado” en la vigilancia de la Ley de la Cadena.

Campaña informativa y futuro de la PAC

Ante esta situación, UPA lanzará una campaña propia para informar a las bodegas de los costes reales de producción y evitar que se salten la Ley de la Cadena. “Deberían hacerlo las Administraciones, pero lo haremos nosotros”, han recalcado.

Además, la organización mira con lupa la futura Política Agraria Común. Piden que se respeten las singularidades del vino, que cuenta con un presupuesto específico de 202 millones de euros anuales en España.

Un futuro por vendimiar

El mensaje final de UPA suena como un brindis serio y campestre: hay que acometer reformas profundas para que siga habiendo vino en las mesas y viticultores en los pueblos. Porque sin ellos, el campo perdería no solo economía, sino paisaje, cultura y raíces.

Lupa DEx

La vendimia de este año vuelve a dejar claro que el sector vitivinícola vive en un equilibrio frágil, casi tanto como la uva en mitad de una tormenta de granizo. No basta con discursos de apoyo institucional ni con fotos de vendimia para las redes: los viticultores necesitan precios justos y un marco político que entienda que el vino es más que un producto de exportación; es identidad, empleo y fijación de población en el medio rural.

Extremadura, con comarcas enteras dedicadas al viñedo, no puede quedar relegada a ser solo tierra de excedentes baratos. La Ley de la Cadena no debe quedarse en papel mojado y la PAC tiene que blindar la singularidad del vino. Porque si los agricultores no pueden cubrir costes, lo que peligra no es solo la copa de cada mesa, sino el latido mismo de nuestros pueblos.