Héroes y tumbas
USOS Y COSTUMBRES
Salvador Calvo Muñoz para Digital Extremadura.- Se esfuerzan algunos – menos mal que cada vez más – compatriotas de éste y del otro lado del océano en reverdecer pasadas glorias y en recuperar una identidad que nos fue robada por la maledicencia de unos, ingleses y holandeses, y la envidia de muchos, sobre todo franceses. Ya saben a qué me refiero. Y si no pregunten a don Hipólito Taine, a don Charles Lummis o a Mr. Bolton. O tal vez no haga falta irse tan lejos. A don Juan Miguel de Zunzunegui, a don Marcelo Gullo, a don Patricio Lon, o aquí mismo a doña Elvira Roca Barea. Algo se mueve en Hispanoamérica y me temo que no tanto, precisamente aquí, en España. A propósito, está al llegar el Día de la Hispanidad, el día que antiguamente llamábamos el Día de la Raza, que hoy, visto lo que hay, queda tremendo y seguramente la gente “woke” nos pondrá pingando a base de denostaciones. Les guste o no, algo se mueve en los países hispanos que apartará de una maldita vez tanta basura como ha vertido sobre España la cacareada y maldita Leyenda Negra. Ay, pero no faltan españoles traidores y felones que detestan a su patria y sobre todo a la Historia de España. No me extraña, visto lo que se ve. A buena parte de las nuevas generaciones esto a que me refiero se la trae al pairo, es decir, que les importa un comino, o un bledo.
En invierno en Norba Caesarina (Cáceres) y en el verano en Portus Victoriae (Santander) turbas frenéticas de mozos, y mozas, alardean de una falta de civismo realmente patética. Ambas ciudades, noches y madrugadas de viernes sábados y domingos, se ven tomadas por la incivilidad más lamentable. Suciedad, alaridos, vómitos, cristales rotos, riñas, gritos y sevicia adornan avenidas, paseos y bulevares. ¿Dónde están los guardianes del orden, tanto aquí como allí? ¿Que exagero? Acuérdense del joven nicaragüense que murió hace poco a cuatro pasos de donde escribo ahora estas lamentaciones.
¿Pero qué hicimos durante cuarenta años, cuando pasábamos seis horas al día hablando a los alumnos de la riqueza de nuestro idioma, del tesoro de la lengua que recibieron, y tratando de educarlos para el decoro y los buenos modos? ¿Qué se puede esperar de estas mesnadas de acémilas, que no respiran más que para la consecución del placer o para la pérdida de la consciencia a base de la ingestión de alcohol u otros elementos?
“Usted también fue joven”. Naturalmente; pero eso no implica ser un semoviente mal educado e ignorante. No respetar el descanso de las personas mayores es indicio de ignorancia, burricie y sencillamente maldad. Esto nos han dejado los que cortaron y acabaron con la educación del esfuerzo y la excelencia. Así ¿Cómo vamos a ilusionarnos con que alguna vez ondee de nuevo la Cruz de San Andrés desde California a la Tierra de Fuego y desde los Pirineos hasta Gibraltar?
Tal vez sea demasiado tarde. No sé si habrá tiempo para arreglar todo el desastre ocasionado. Pero no perdemos la esperanza. Si no nosotros, sí nuestros hijos verán de nuevo florecer los campos, ahora agostados, de la patria hispana. Ánimo.