zalamea 2025

Zalamea se transforma: treinta años de orgullo, teatro y alma popular

Por Paco de Borja, Extremadura, 5 de agosto de 2025.- Cuando cae el sol sobre la Serena y las piedras del Castillo de Arribalavilla comienzan a calentar la noche con ecos del Siglo de Oro, Zalamea vuelve a vestirse de historia, de coraje y de palabra viva.

Del 21 al 24 de agosto, a las 22:30 horas, más de 600 vecinos subirán de nuevo a escena —aunque no haya telón que los separe de su pueblo— para celebrar la XXX edición de ‘El Alcalde de Zalamea’, una de las representaciones populares más arraigadas y emocionantes de toda Extremadura.

Este 2025 no será una edición cualquiera. Será un homenaje coral a todos los actores y actrices anónimos que, durante tres décadas, han encarnado con entrega y autenticidad la inmortal obra de Calderón de la Barca. El aplauso, esta vez, va también para quienes no están sobre las tablas, sino entre bastidores, cosiendo trajes, montando luces o sirviendo vino en el nuevo Mesón de Crespo, instalado como novedad en el interior del castillo, con ambientación del siglo XVII.

Teatro, historia y desarrollo rural

A la cita se suman este año más actividades paralelas que nunca: rutas turísticas guiadas, concursos de balcones y fotografía, presentaciones literarias y una experiencia gastronómica que mezcla lo popular con lo histórico. Todo, con un objetivo claro: potenciar el turismo rural, mover la economía local y situar a Zalamea como un foco cultural permanente.

La consejera de Cultura, Turismo, Jóvenes y Deportes, Victoria Bazaga, lo definió con claridad: “Es historia, es emoción, es participación, y es cultura con mayúsculas. Lo que ocurre en Zalamea es un motor de identidad y de desarrollo sostenible.” Y la Junta lo respalda con hechos: este año ha aumentado la dotación a esta Fiesta de Interés Turístico Nacional, pasando de 6.000 a 8.000 euros.

El propio alcalde, José Antonio Murillo  subrayó que esta trigésima edición servirá para rendir un merecido tributo a Miguel Nieto, director de la obra durante 25 años, y a todos los vecinos que han dado vida, año tras año, a Pedro Crespo, al Capitán Don Álvaro y a toda la dignidad campesina que encierra la trama.

Calderón, sí, pero con alma renovada

Desde la dirección escénica, Miguel Ángel Latorre y Tamara Carrasco han apostado por un Calderón sin corsé. El texto clásico permanece intacto, pero se presenta más ágil, más rítmico, más cinematográfico, con una renovación visual y sonora que promete atrapar tanto a fieles como a visitantes primerizos.

“El espectador va a conectar antes, va a emocionarse más pronto”, aseguran. La iluminación, el sonido, las transiciones escénicas y la puesta en escena han sido rediseñadas para ofrecer una experiencia inmersiva, donde el pueblo no solo actúa, sino que literalmente se convierte en el decorado vivo de la obra.

Una lección de dignidad, ahora más vigente que nunca

‘El Alcalde de Zalamea’ no es solo teatro. Es una declaración de principios, una lección de justicia popular frente al poder militar y nobiliario. Un canto a la dignidad, al sentido común y a la firmeza ética de un hombre corriente, que decide enfrentarse a los abusos y juzgar al poderoso. Ese mensaje, lejos de envejecer, cobra más fuerza en estos tiempos inciertos.

Por eso, cada agosto, Zalamea no representa una obra: se representa a sí misma. Se muestra orgullosa, colectiva, indómita, hospitalaria. Abre sus calles y su historia a quienes quieran entender que la cultura no vive en los museos ni solo en los grandes teatros, sino también —y sobre todo— en los pueblos que la mantienen viva.

Quien se acerque este año a Zalamea, no solo verá una función. Vivirá una experiencia popular que funde teatro, patrimonio, turismo y emoción, y que ya forma parte del corazón cultural de Extremadura.

Y, como decía el propio Crespo: “A lo que se ha de hacer, no hay que temerle.” Pues eso: vayan a Zalamea, sin miedo.