Si nos paramos a pensar acerca de las veces que el estrés, el mal humor o la agonía han recorrido nuestras carnes a causa de las facturas, las deudas o aquello que no le podemos pagar a nuestros hijos (o a nosotros mismos), seguramente sean incontables, por las muchas veces que ha sucedido.
Quizás el lector y la lectora estén cansados de ir contra corriente, asumiendo que solo les queda la resignación y el trabajo duro. Aspirar a un trabajo “estable” con el sueño de que en un futuro, las cosas irán a mejor. Siempre que el gobierno de turno, la economía mundial o las circunstancias que sean lo permitan, claro.
La educación financiara, mayoritariamente llega tarde –si es que llega- a despertar nuestro interés. No el conocimiento sobre las reglas del mercado, los bienes raíces o los entresijos de la inflación, sino la que nos hace únicos responsables de lo que tenemos y de lo que hacemos con nuestro dinero. La que no se enseña en las escuelas, porque supondría despertar del letargo y mirarse dentro, cuestionar el sistema predominante.
El primer paso en el camino hacia la responsabilidad personal financiera es aprender que el dinero no es bueno ni malo, sino neutro, y conocer su funcionamiento para entrar en el juego, algo que todo el mundo puede hacer. Reconocer que de nada sirve despreciarlo o depender de él por completo.
Aprender cómo funciona, adaptarlo a nuestros valores y darse cuenta de que todo depende de la perspectiva. De reeducarnos desde dentro, que es al final lo que siempre hacemos cuando algo no funciona en nuestras vidas.
La era postmoderna está trayendo desde hace años un distanciamiento de lo material para poner por encima el valor del conocimiento y al autodescubrimiento, que a su vez trae consigo un despertar ante el juego económico del sistema en el que vivimos.
Cada día es más necesaria una sólida economía personal que resista los embates de la historia, para lo que se necesita educación financiera. A continuación, unas recomendaciones que servirán de iniciación en este camino de aprendizaje y autodescubrimiento, cuyos frutos serán acordes al trabajo realizado:
- Borja Vilaseca es, entre otras cosas, emprendedor de proyectos orientados a la transformación y el despertar de la consciencia de la sociedad. Su canal de Youtube ofrece multitud de conferencias sobre desarrollo personal, conocimiento del ser o finanzas, entre otros.
Para el tema que nos concierne, se propone la visualización de claves de inteligencia financiera para principiantes, interesante no solo por la información de calidad que aporta, sino por exponer ante los oyentes su propio proceso de despertar ante el sistema económico en el que vivimos y cómo se hizo responsable de su situación financiera.
- `Padre rico, padre pobre´, de Rorbert Kiyosaky, es un libro que toda persona interesada en cambiar su situación financiera ha leído y debe leer, de la mano del empresario, inversor, escritor, conferencista y orador motivacional estadounidense de ascendencia japonesa Kiyosaky, considerado el padre de concepto de libertad financiera. A través de su propia historia, cuenta la diferencia entre trabajar por dinero y que el dinero trabaje por ti, mediante acciones cotidianas con las que sentirse identificado y al alcance de cambiar ahora mismo.
El autor supone una guía desde este primer libro a los interesados en la educación financiera, por lo que merece la pena explorar el resto de sus escritos, especialmente `El cuadrante del flujo del dinero´, que supone un siguiente paso.
- `La riqueza de las Naciones´, de Adam Smith, es un salto cualitativo para quienes quieran seguir en el camino de la educación financiera, mediante una lectura más académica, pero llevadera y clasificatoria, necesaria, donde se explican temas como la división del trabajo, los salarios, los beneficios o la acumulación del capital.
Estas tres recomendaciones abren nuevos horizontes de perspectivas sobre las que comenzar a explorar para ver las necesidades reales y no producidas materialmente, y hacer así una consciente elección de cómo se quiere vivir, dentro del orden actualmente establecido.
Existen otros mentores y canales interesantes con los que poder identificarse, relacionados con el emprendimiento, la educación financiera y el crecimiento personal, tres áreas altamente relacionadas entre sí. El canal de Evans es una ventana abierta a mentores de todo el mundo, cuyas historias, además de motivar, abren un mundo de conocimiento donde explorar, aprender y sentirse identificado.
Uno de los beneficios que nos ofrece el mundo en el que estamos viviendo es que Internet está al alcance de todos y la accesibilidad a la educación y al aprendizaje ya no se reduce a las instituciones universitarias y sus horarios, sino que se está a un clic de aprender lo que se necesita y establecer un propio calendario, compatible con el trabajo.
La educación financiera supone dejar de criminalizar a la economía y considerar que el dinero es el culpable de todos los males. Se trata de responsabilizarse de uno mismo y adoptar una consecuente nueva perspectiva, para que cada cual ponga su energía en lo que crea importante per se y para los demás.