Jessica Ogie Barth, dueña del establecimiento

Afro Classic Boutique: la antítesis del negocio común

Desde Nigeria a Cáceres con un objetivo claro: crear un salón de peluquería para cumplir su sueño

Cultura africana condesada en un único local de unos 20 metros cuadrados. Jessica Ogie Barth, una mujer nigeriana de 39 años que ha logrado cumplir parte de su sueño en Cáceres, se embarcó en un viaje que comenzó en patera hace 16 años.  Su historia comenzó en Nigeria, su país natal, desde donde recorrió durante dos meses el continente africano hasta llegar al Estrecho, para después atravesarlo y desembarcar finalmente en Algeciras. “La gente que emigra de sus países quiere luchar por su vida y muchos desean emprender su propio negocio”, confiesa Jessica.

Afro Classic Boutique abrió el pasado 10 de diciembre después de un largo camino de ilusión y emprendimiento. El establecimiento, situado en la Galería Comercial de la Avenida Antonio Hurtado, es una fusión de colores, telas y decoración africana que se aleja del negocio común.

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Artículos del establecimiento

“De momento no saco ninguna rentabilidad, pero la gente reconoce que le gusta el local”, asegura su dueña. En este lugar tan variopinto, Jessica no sólo vende artículos de ropa, mochilas y telas, sino que también desarrolla su máxima ambición: crear peinados con estilo africano a sus clientas. La peluquería es su pasión y aprendió las nociones básicas cuando cursaba Primaria.  “Mi padre no tenía dinero para pagarme la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), y mi ilusión siempre fue ser peluquera”, cuenta Jessica, “en mi país si alguien no va a la escuela, tiene que aprender a hacer otras cosas para poder ganarse la vida”.

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Entrada de Afro Classic Boutique

Sus artículos también se alejan de la demanda habitual  . “Hay gente que viene solo a comprar prendas, telas o mochilas”, confiesa Jessica, que recibe gran parte de su stock de su país natal. Las prendas las confecciona su hermana y pasan por un largo viaje hasta llegar a Afro Classic Boutique. Jessica tiene amigos en Madrid que viajan hasta Nigeria para recoger la ropa. Una vez regresan a la capital de España, esta emprendedora contrata un servicio de transporte para que puedan llegar los vestidos, faldas y camisas a Cáceres, que luego vende por precios de entre 25 y 35 euros. Dispone además de una cuenta en Instagram (@trenzasfricanascc) donde publica algunos de sus peinados y artículos más llamativos, como las mochilas que pide a través de Internet: “transmiten la cultura de mi país y todas tienen un tinte africano” detalla.

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Mochilas de la colección

Cuando su embarcación llegó a España hace 16 años, Jessica estaba embarazada de su hija mayor que ahora tiene 15.

Comenzó en Sigüenza (Guadalajara) donde vivió durante 10 meses en un centro que la Cruz Roja le facilitó hasta que superó el límite de tiempo. Fue entonces cuando A.S.I.F, una fundación sin ánimo de lucro, se puso en contacto con sus compañeros de Cáceres para ofrecerle un nuevo alojamiento donde vivió durante 2 años. “Cuando conseguí el permiso de residencia y reuní el dinero suficiente continué con mi vida en Cáceres”, junto con la ayuda de la Junta de Extremadura, que a través del Servicio de Protección a las Familias, le ha cedido una vivienda pública por la que paga 86 euros al mes.

Antes de abrir Afro Classic Boutique, dedicaba 12 horas diarias atendiendo a una señora mayor. “Dejé este trabajo porque necesitaba cuidar a mis tres hijos. La pequeña acababa de nacer”, cuenta Jessica un año y medio después. Al poco tiempo, realizó un curso de emprendimiento durante 3 meses con la Fundación Mujeres de Cáceres, que también han apoyado y asesorado su proyecto para poder abrir su negocio. “Yo quería obtener el título de 2º de la ESO aquí en Cáceres y me apunté primero a la EPA”. Y aunque nunca terminó este curso,  gracias al certificado de la Fundación y al asesoramiento y servicios de apoyo del Punto de Acompañamiento Empresarial (PAE) ha podido cumplir parte de su pasión: “Este es mi sueño. Quiero que mi negocio crezca y se convierta en una peluquería donde también pueda lavar el pelo a mis clientes y hacer otro tipo de peinados», declara Jessica.