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 HERNÁN CORTÉS, PROTECTOR DE LOS INDIGENAS

Por enésima vez  alguien  que se  considera importante se atreve a  declarar que la conquista española de América  fue un atropello a los pueblos indígenas.

Como ya señaló este diario, El profesor Ramón Tamames ha publicado  recientemente una extraordinaria obra  sobre Hernán Cortes, al que considera  “máximo protector de los indígenas”. Es una magnifica síntesis de las hazañas del  conquistador  que  comenzaron  el 10 de febrero de 1519 .Según el ilustre economista  ha sido “una miseria intelectual” no celebrar  el quinto centenario de  la llegada de los descubridores extremeños al continente americano. Viene bien recordarlo de nuevo.

El estudio de  la historia  suele realizarse utilizando conceptos equivocados .Se pretende analizar los hechos del pasado aplicando  los valores y   los criterios  de  actualidad. Es absurdo considerar que la corrupción empezó  con los hombres llegados de España, un error, una simpleza y una dificultad para entender lo sucedido hace  siglos. Alejandro Magno, Julio Cesar y otros grandes personajes serían hoy criminales de guerra. Ya Joaquín Costa decía que había que correr un velo de olvido sobre hechos como Numancia y Lepanto porque en el pasado las luchas eran inhumanas  para alcanzar el poder. Todorov  escribió un ensayo sobre el abuso de la memoria, que a veces sobrepasa cualquier razonamiento.

El desembarco de los descubridores españoles en las  costas del imperio de Moctezuma  fue un hecho de gran relieve histórico.  Convendría  destacar sus aportaciones, entre ellas el idioma, que hoy hablan 500 millones de personas con extraordinaria precisión.

Se recuerda siempre la epopeya y se señala como  importante descubridor al extremeño Hernán Cortés, pero se extienden sobre el personaje sombras que oscurecen su conquista y su actuación, lo que no sucede en otros países con sus héroes.

Cortés  nació en Medellín, precioso pueblo de Extremadura  pero en la época muy pobre. Según los datos  su familia no era indigente, sino de “los medianos”. Pudo estudiar  en Salamanca y Valladolid, pero no  se matriculó en la Universidad. Parece que  tenía aceptable nivel cultural. Sabía latín y algo de  derecho, conocimientos que le fueron muy útiles  en sus campañas en el Nuevo Mundo, puede decirse que era una persona “leída”.

Se casa con Catalina Suarez, matrimonio que termina mal.  En su primer desplazamiento Viaja a Méjico donde conoce a la nativa Malinche, muy lista que había sido vendida como esclava al morir su padre, Gobernador de Painala. Era conocedora del leguaje de algunas tribus  y le sirve de intérprete. Fue la madre de uno de sus hijos. Más tarde el extremeño  funda la ciudad de Veracruz, con gran  empeño,  liderando  la colonización de lo que se llamaría La Nueva España.

Con anterioridad  había viajado a la Española (Sto. Domingo) en 1506.  Se mantiene  que cometió  crímenes execrables pero hay que juzgar los hechos en su contexto histórico. El filósofo e historiador griego Tucidides   mantuvo que analizar la historia  con la mirada del presente era una equivocación, precisamente tildó a Herodoto de logógrafo por ser  ese su gran defecto. Lo cierto es  que los extremeños emprendieron con gran valentía el viaje a tierras desconocidas. Fueron muchos los paisanos de la tierra como Francisco Pizarro, Hernando de Soto, Pedro de Alvarado, que supieron en su iluminada visión unir idealismo y política marcharon con arrojo  en busca de otro mundo  a servir a “Dios y a su Majestad”, “dar luz a los que estaban en tinieblas y también a hacer riquezas.” Así lo manifiesta Díaz del Castillo.

A pesar de sus gestas vivió sus últimos años ignorado por el emperador Carlos V que le consideró  persona ambiciosa  y no le hizo Virrey como le hubiera gustado, pero la Historia, según Tamames, le ha colocado en su justo lugar.  Las crónicas revelan que su campaña fue civilizadora aunque no exenta de errores. El choque de dos mundos resultó violento pero creador, como “toda síntesis que nace del conflicto” según ha señalado el historiador Gutiérrez Llerena. Bartolomé de las Casas fue uno de los detractores de Cortés acusándole  de infiel a su mentor Diego Velázquez, pero otros cronistas ensalzaron la conquista  valorando  las condiciones adversas a las que se enfrentaron.

No puede olvidarse  que los conquistadores  se encontraron con  la terrible crueldad de las primitivas organizaciones locales , las muertes indiscriminadas  que practicaban los nativos, incluso  los sacrificios humanos que  eran habituales entre los habitantes de aquellas tierras, en  fin,  unos principios de convivencia social muy alejados de los que  habían adquirido  en España. Fue el mejor defensor de los indios. “Son muchos los hispanistas que valoran a Cortés muy por encima de como se trata su recuerdo hoy”

El  idioma transmitido,  una riqueza cultural que nos une con el Nuevo Mundo.   En  aquellas tierras se han levantado  iglesias, escuelas,  universidades, hospitales, eso es un legado valioso  que, sin duda,  no hubieran tenido sin la savia española y  no debe analizarse  utilizando la óptica de los  cinco siglos transcurridos exhibiendo solo las actuaciones negativas, como mantiene Tamames.

Guadalupe Muñoz Álvarez