LA MINA DE LITIO DE CÁCERES

Es necesario manifestar, en la mejor tradición de la libertad de prensa anglosajona, su respaldo a la apertura de la mina de litio de Cáceres en el ejercicio del derecho de posicionamiento social y económico en favor del futuro de la Ciudad de Cáceres, de la libre acción emprendedora, de progreso y creación de actividad económica directa e indirecta, así como de generación de empleo estable.

Con esta declaración se pretende dar transparencia a  una posición e influir en la sociedad civil y en los responsables del servicio público entendiendo que la misión no es solamente la de informar, sino además la de generar opinión manteniendo una línea editorial coherente con la necesidad de futuro para la Ciudad de Cáceres.

La presente forma de hacer, que como ejercicio mediático es toda una  tradición en la prensa anglosajona, especialmente norteamericana, pretende establecer un compromiso con la resolución de problemas en el mundo real: actividad económica, empleo y futuro; y se ha entendido que se debe trabajar en ello frente a las posiciones de la trilogía negacionista, los propietarios de los terrenos afectados, los políticos cortoplacistas que sólo velan por su sillón, y los que hacen de la protección del medio ambiente un problema para el sostenimiento de una vida humana digna y sin miseria.

La confluencia de estos intereses, y una eficaz campaña de propaganda dirigida ha asustado a casi todos los políticos, que no han sabido más que ponerse a favor de quienes pretender que Cáceres se quede como está o peor, y ha movilizado a muchos cacereños de buen criterio a los que no se les ha explicado que en pleno siglo XXI las medidas protectoras de la salud, las medidas correctoras de la excavación y las garantías administrativas y financieras que pueden exigirse a los promotores son suficientes si son bien gestionadas para conjugar la explotación con el desarrollo de un marco económico dinámico del que ahora carecemos. Es hora de decir la verdad.

Lo que decimos hoy no constituye una sorpresa, en vista de los editoriales publicados, pero el hecho en sí de escribirlo quiere ser un punto de partida que propicie el SI A LA MINA con preservación, prevención y protección (P.P.P); y tras ello poder gestionar acertada y discretamente la ubicación de las instalaciones de transformación en la Ciudad. Queremos ser críticos con lo que pasa y seguir explicando cómo, ante retos reales, deben establecerse soluciones y no ensoñaciones que a nada conducen.

Nuestra meta, en una Ciudad que fue minera y que debe volver a serlo entre otras muchas cosas, es persuadir a aquellos que están dudando o que están confundidos que el futuro de Cáceres está en juego y que si en el siglo XIX las minas de wolframio y en el siglo XX la Universidad marcaron un antes y un después ciudadano; en el siglo XXI el litio es un mineral estratégico que nos acompaña todos los días en multitud de componente electrónicos y baterías. El valor principal y el valor añadido de su extracción y transformación no deben pasar de largo en una ciudad de dudosa viabilidad en cuanto a su pujanza.

Por último, un hecho que podría ser clave para la formación de la opinión y de la voluntad cívica es que la legislación aplicable permite y permitirá la apertura de la mina a pesar del entusiasmo prohibicionista y sus exitosas campañas. Sabemos lo que se oculta: que llegado el momento la norma europea, española y la autonómica pasarán por encima de la local, quedando sólo el recurso de los tribunales, previo establecimiento de unas garantías inasumibles y con el peligro de una sentencia en contrario con costes inasumibles para nuestro Ayuntamiento. Entendemos que quien quiera emprender ese camino tendrá que comprometer su patrimonio personal en la aventura y no el de todos los cacereños, apaciguando posiblemente este planteamiento muchas incendiadas voluntades. No todos han establecido tan claramente una posición, pero siendo la primera, ya no será la última; no es fácil y está basada, en la consideración de la única posición responsable  posible vistos todos los parámetros y estudiadas todas las consideraciones. Preferimos frente al falso mensaje de “Salvemos la Montaña” una parte de Cáceres que no se va perder si se hacen bien las cosas, el de “SALVEMOS CÁCERES, que es el todo que a todos nos interesa. Y con las minas de uranio lo mismo, con el uno y con el otro, no podemos permitir vivir solamente del salario público, de la pensión, del subsidio y de la subvención. NO NOS RESIGNAMOS.