R.DEx, Madrid, 1 de mayor de 2025.- Desde este 1 de mayo, más de un millón de funcionarios españoles tendrán en su mano un nuevo marco de asistencia sanitaria, más flexible, más vigilado y con una importante carga tecnológica. El nuevo concierto nacional entre Muface (Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado) y las aseguradoras Adeslas y Asisa entra oficialmente en vigor, y lo hará con validez hasta el 31 de diciembre de 2027.
Con un presupuesto de 4.808,5 millones de euros —un 36% más que el anterior—, este acuerdo redefine las bases del sistema sanitario concertado para 1.014.692 mutualistas, de los que más de la mitad son mujeres y una gran mayoría se concentra entre los 15 y los 44 años. A ellos se suman otros 500.000 usuarios que actualmente optan por la sanidad pública y que, como novedad, podrán reconsiderar su decisión dos veces al año.
Porque una de las grandes claves del nuevo concierto es la doble ventana anual de cambio de entidad sanitaria: ya no será sólo en enero cuando los mutualistas puedan modificar su adscripción, sino también en junio. Esto supone una mayor libertad de elección entre la sanidad pública (Seguridad Social) y las aseguradoras privadas participantes (Adeslas o Asisa), facilitando una adaptación más dinámica a las necesidades personales o familiares.
Este 2025 arranca además con una circunstancia extraordinaria: un periodo especial de cambio, abierto desde este 1 de mayo hasta el día 31, pensado para corregir el desequilibrio provocado por la tramitación del concierto en enero. Durante ese mes, sólo fue posible migrar desde las aseguradoras privadas hacia la Seguridad Social, pero no al revés. Ahora, todos los mutualistas podrán reorganizar su cobertura, incluidos los actualmente adscritos a DKV, que tendrán que cambiar obligatoriamente a otra entidad. Si no lo hacen, pasarán automáticamente a depender del sistema público.
El acuerdo no se limita a mejorar opciones de elección. También refuerza el control de calidad asistencial con la creación de una Comisión de Prestaciones y Calidad Asistencial, encargada de supervisar los servicios incluidos en la cartera común, promover protocolos unificados para técnicas y medicamentos, y evaluar áreas de mejora en los procesos sanitarios. Cada aseguradora deberá presentar un informe anual, auditado externamente, que detalle el coste real del servicio prestado.
En paralelo, Muface asume un papel más activo como orientador clínico, elaborando guías de prescripción para determinadas enfermedades crónicas y marcando directrices sobre el uso racional del medicamento.
Otro avance significativo se da en el terreno tecnológico: el sistema implantará la emisión electrónica de partes de incapacidad temporal (IT), riesgo durante el embarazo (RE) y riesgo durante la lactancia natural (RLN), simplificando los trámites administrativos para mutualistas y profesionales.
Además, se incluyen mejoras específicas en la cartera de servicios: desde la rehabilitación hospitalaria ligada a prótesis sujetas a protocolos especiales, hasta una ampliación de la salud bucodental, en línea con los planes del Sistema Nacional de Salud. En el área farmacéutica, se fomentará la dispensación no presencial de medicamentos, un paso más hacia la digitalización total del servicio.
