Paco de Borja, Cáceres, siete de mayo de 2025.- En la ciudad que alguna vez confinó el talento de Miguel de Molina, la voz del artista está a punto de volver a sonar, no para quejarse, sino para sanar. Este jueves y viernes, Cáceres acogerá el cierre del programa Tiempo Negro, impulsado por el Servicio de Memoria Histórica y Democrática de la Diputación de Cáceres. Esta segunda edición, dedicada a la figura del artista malagueño, culminará con una conferencia sobre memoria LGTBI y un emotivo concierto con Pilar Boyero.
La jornada del jueves 8 de mayo abrirá con una conferencia conducida por el periodista y escritor Fernando Olmeda, en el salón de actos del edificio Pintores 10, a las 19:30 horas. Bajo el título Memoria LGTBI en España, Olmeda repasará los años oscuros de la represión franquista contra el colectivo, utilizando documentos y testimonios para trazar un mapa de dolor, clandestinidad y resistencia. El objetivo: reivindicar la memoria histórica como herramienta pedagógica y de justicia social.
“La memoria no es nostalgia: es arma política y didáctica”, ha señalado Olmeda en declaraciones previas. “Hablar de Miguel de Molina es hablar también de los que fueron silenciados por ser quienes eran. Y también es hablar de los que siguen luchando por no ser olvidados”.
El broche de oro llegará el viernes 9 de mayo, a las 20:30 horas, en el auditorio del Complejo Cultural San Francisco. Pilar Boyero, madrina de la exposición Embrujo. Los mundos de Miguel de Molina, interpretará el recital Diálogos prohibidos. De Molina a Solano, donde musicalizará una selección de poemas inéditos que el propio Molina dedicó en su exilio al músico cacereño Juan Solano. El concierto, con entrada libre hasta completar aforo, promete ser un viaje emocional por las ausencias, los secretos y las resistencias.
“No es solo un homenaje: es justicia poética”, ha afirmado Boyero. “Miguel de Molina amó profundamente el arte, y lo pagó caro. Devolverle el escenario en su propia tierra es un acto de reparación y dignidad”.
El ciclo Tiempo Negro ha sido también un espacio para abrir un diálogo entre pasado y presente. La exposición Embrujo ha revelado tanto el universo estético del artista como las heridas de su paso por Cáceres, cuando fue confinado durante un mes en el Hotel Álvarez. Sus diarios, escritos durante aquel destierro, permiten hoy asomarse al clima de terror que vivía, pero también a la rutina íntima de un creador que no se dejó doblegar.
Este proyecto se ha desarrollado con la colaboración de la Fundación Miguel de Molina y el equipo investigador del Programa Plurianual Molina (2024–2027) de Casa Velázquez. En la presentación de los actos, el presidente de la Diputación de Cáceres, Miguel Ángel Morales, reiteró su compromiso: “Vamos a seguir invirtiendo dinero público en memoria, porque sin verdad, justicia y reparación, no hay futuro que merezca ser vivido”.
Este fin de semana, Cáceres no solo recordará: escuchará. Miguel de Molina no volverá en silencio. Lo hará cantando, acompañado por la dignidad de quienes ya no están, y por el compromiso de quienes hoy se niegan a olvidar. Y en la voz de la genial artista y extraordinaria voz, Pilar Boyero. .