El tesoro más importante de un partido político son los militantes; más aún si este partido está compuesto por hombres y mujeres que no son unos potentados, mujeres y hombres que, en su mayoría, trabajan por un salario, o jubilados, o parados, acaso pequeños empresarios y autónomos, gentes de los pueblos y ciudades que ven el Partido como el instrumento más útil para hacer avanzar la sociedad, que entienden el Partido como la herramienta capaz de orientar a la ciudadanía por el camino de la solidaridad y la igualdad.
El PSOE ha realizado una autocrítica en profundidad, sin flagelos hipócritas y ha salido fortalecido de su conferencia política, más unido y dotado de ideas y propuestas creíbles, con propuestas sensatas que pueden ser llevadas a la práctica desde la ilusión y el compromiso. No hubo que «tirarse al monte».
Curiosamente, los primeros que saltan a la crítica, creo que malsana e interesada, son políticos que más que representar ellos una alternativa real, estaban esperando darse un festín con los despojos que preveían cercanos del partido de la izquierda que, quiérase o no, ha traído a este país los avances sociales que ahora mismo está destrozando la derecha mostrenca que gobierna España.
Claro está que al unísono con esa política, digamos carroñera, la derechona mediática se ha tirado al ruedo: «Ladran, pues cabalgamos» que diría el clásico. Y como los principios hay que mantenerlos en los buenos y los malos momentos , es por ello que pido perdón por lo de «carroñera», entre otras cosas porque todos somos y seremos necesarios en el arco político de la izquierda. La batalla política contra los desmanes insolidarios está siendo dura y va a ser tremenda en lo inmediato y las posiciones unitarias , que siempre representan un valor añadido, será valiosísimas desde ya.
Hechas estas aclaraciones que consideraba imprescindibles, retomamos el título de este artículo: la militancia en la calle. Es en la calle, en las empresas y centros de trabajo, en la universidad o los institutos, en la colas del paro, en barrios y plazas de los pueblos, en cada rincón donde coincidan los ciudadanos, el lugar donde el militante del PSOE ha de estar presente dando su opinión, polemizando cuando haga falta, batiéndose por las ideas de su partido, haciendo un esfuerzo múltiple, desde lo sindical, cultural, vecinal, como consumidores o directamente en la arena política .
La muy desahogada señora Cospedal, por ejemplo, aparece en los telediarios proclamando a voz en grito que «aquí está el PP para defender a los trabajadores y trabajadoras españolas…». Fijaros si tenemos tajo por delante los militantes de calle del PSOE. El patio está como para no perder un solo minuto. Hay que combatir tanto los recortes sociales como la descarada demagogia de esta derecha mostrenca.
La conferencia política del PSOE clarifica las posibilidades de militancia socialistas. Pues bien, seas militante regular en una agrupación, afiliado directo o simpatizante, deberíamos poner todo nuestro empeño en ser militante socialista en la calle. El carnet o nuestras simpatías para con los compañeros del PSOE, pueden ser cuestiones íntimas o de orden interno. En todo caso abogamos por la militancia en la calle, por la polémica bien argumentada contra la derecha, por la clarificación a la ciudadanía, por ganar adeptos ganando su corazón, sus sentimientos y su participación en el bregar por una causa justa como es la igualdad, la solidaridad y el progreso.
Multiplicando el números de activistas, de militantes de calle, las ideas y los compromisos del PSOE serán invencibles. La justa satisfacción de formarse políticamente, de ser militantes bien informados, que debe lograrse mediante una actividad política de la agrupación local ,que ha estado desatendida demasiado tiempo, tiene su colofón, alcanza su verdadera y plena dimensión cuando, pertrechado de las ideas, combatimos pacíficamente en la calle.