Unas 150 mujeres con discapacidad, inmigrantes y de etnia gitana han participado en dos programas desarrollados por el Instituto de la Mujer de Extremadura (IMEX) para la atención y detección de la violencia de género en estos colectivos de la población.
Estas acciones forman parte de las acciones
de información, formación y sensibilización desarrolladas por el IMEX
incorporando la atención a la diversidad y la integración de las
especificidades de mujeres y hombres.
Uno de los programas clausurado este
miércoles se ha centrado en las herramientas para la atención directa y la
detección de la violencia de género en colectivos de mujeres inmigrantes y de
etnia gitana, en cuyo marco se han realizado cuatro talleres de sensibilización
e información en Plasencia, Zafra, Talayuela y Almendralejo.
En base a esta experiencia y otras
previas, se ha detectado que los recursos de violencia de género en ocasiones
no entienden y no atienden a la especificidad de la comunidad y la cultura
gitana, según ha explicado la directora general del IMEX, María José Ordóñez, durante
su intervención.
Asimismo, ha añadido, se ha
comprobado que las mujeres gitanas presentan mayores dificultades para
denunciar por el miedo a las represalias de una familia más extensa, así como
que existe un acceso restringido por parte de las gitanas a los recursos
normalizados.
“Sufren discriminación directa e
indirecta en estos servicios, bien por una atención o desatención basada en
prejuicios, bien porque piden requisitos que no suelen cumplir las mujeres
gitanas”, ha añadido.
Asimismo, se ha detectado la
necesidad de contar con el apoyo en la sombra de redes de mujeres gitanas con
las que identificarse.
Respecto a las mujeres inmigrantes,
ha explicado que la realidad analizada en Extremadura refleja “una mayor
vulnerabilidad ante situaciones de violencia de género por la carencia de redes
familiares y sociales naturales en las que poder apoyarse”.
En este caso, las víctimas deben
hacer frente a situaciones como la ausencia de servicios de traducción e
interpretación, la dependencia económica de la pareja/agresor, el desconocimiento
de recursos y del funcionamiento de la administración española, las
dificultades para la superación de los duelos migratorios y el racismo, todo
unido a las dificultades que conlleva la situación de violencia de género,
tales como “miedo, vergüenza, sentimiento de culpa y deterioro de la
autoestima”.
ATENCIÓN A LA MUJER CON DISCAPACIDAD
Otro de los programas clausurados
hoy ha sido ‘Mecanismos para la Atención Directa y la Detección de la Violencia
de Género en Mujeres con Discapacidad Funcional, Física y Psíquica’, con el que
el IMEX ha pretendido atender, asesorar e informar a las mujeres con
discapacidad funcional, física y psíquica sobre la violencia de género,
potenciando herramientas que ayuden a los profesionales que trabajan
directamente con ellas a detectar estas situaciones.
Según ha indicado Ordóñez, las
características de la violencia en las mujeres con discapacidad responde a “una
realidad invisible”, entornos cerrados y segregados, ausencia de conciencia de
víctima, dependencia vital del agresor y falta de consideración y atención por
parte de los servicios sociales de la violencia y la discapacidad.
Ello trae como consecuencia en las
víctimas una autopercepción negativa, una falta de formación en derechos y en
relación con su propia sexualidad, mayores dificultades para expresar el
maltrato debido a la existencia de barreras de comunicación y una mayor
vulnerabilidad.
En el marco de este programa se han
desarrollado cuatro talleres de sensibilización e información para combatir la
violencia de género con mujeres con discapacidad en los que han participado 58
mujeres.
“Habéis aportado vuestras vivencias
y nos habéis dado pistas para mejorar el trabajo que el IMEX realiza para
erradicar la violencia de género en Extremadura, teniendo en cuenta la
diversidad de mujeres con discapacidad”, ha manifestado la directora general
del IMEX a las participantes.
