Lo de Manuela Carmena me suena a reconvención de buena jueza, convencida de que el reo puede ser redimido. Ha recordado su propia experiencia juvenil para añadir que tal vez fuera interesante que los universitarios formasen una especie de voluntariado limpiador de calles y plazas, después de las juergas nocturnas. Así sabrían de primera mano lo que se experimenta al recoger lo que otros, inconscientemente, manchan y arrojan por doquier. Ha tenido inmediata respuesta. Negativa. De aquí y de allá. Curiosamente no de los jóvenes. Esto viene siendo lo suyo. Que todo el mundo hable de lo que no le afecta directamente y los afectados ni píen. En fin…
Porque me interesa la educación cívica he ido a preguntarle a los que saben. Me dicen los trabajadores del ramo que hay de todo en la viña del señor. Gente cuidadosa valorando el esfuerzo de otros, que no ensucian, que si manchan limpian, y gente que opina que para eso están y que lo hagan. Y que les dicen que debieran estar agradecidos pues tienen trabajo. Y que si según su criterio han de pasar (a un aseo, por ejemplo) en un momento determinado, aunque caigan estrellas del firmamento no miran otra cosa, pasan pisando fuerte, aunque eso signifique que el trabajador tenga que relimpiar.
Quien hizo la ley hizo la trampa. Yo creo que la alcaldesa de Madrid debe acostumbrarse a que la tomen por una persona que produce ocurrencias (alguien lo ha decidido así de antemano). Lo cual no significa estar de acuerdo con la versión sobre sus palabras, la mayoría de las veces sacada de contexto. Para no sufrir en exceso. La inmediatez es lo que tiene, la anécdota es lo que busca: el morbo adecuado para que la noticia sea leída. La política opositora ni digamos.Tal cual.
No se ha hablado suficientemente del último informe Pisa relativo a los alumnos, su aprendizaje e influencia, en el mismo, de las nuevas tecnologías. Ahora resulta que venimos a caer en la cuenta de que el impacto de estas últimas en dicho aprendizaje ha sido sobrevalorado. El rendimiento en lectura ha disminuido entre los años 2000 y 2012, como lo ha hecho en matemáticas y en ciencias. De los datos obtenidos cabe deducir que los niños españoles comienzan muy pronto a manejar ordenadores: entre los 7 y los 9 años. También que los que pasan muchas horas delante de la pantalla obtienen peores notas que los que lo hacen más moderadamente. Que tienen déficit de atención. Y que la formación de los profesores es manifiestamente mejorable. Pues vaya.
Porque hemos dado en convencernos de que lo pequeño en dimensiones supera a lo normal y a eso nos aplicamos. Todo para el pueblo pero sin el pueblo. Un nuevo despotismo? Cabe. Pero la norma dice que a cada cual hay que exigirle según sabe y según necesita. Las cruzadas deben cumplirse en todos sus términos. O no emprenderse. Lo otro no es completo. Ni eficaz a medio y largo plazo, que es como se marca la historia. En la vida, los pactos siempre fueron necesarios o inevitables y como para todo, se precisa la habilidad. La representación, anticiparse a las discrepancias y tener claros los objetivos son algunos de los puntos a tener en cuenta, claro, y hay otros.
«Fluye, Jordán, fluye…» cantaban los esclavos recogiendo algodón en la película basada en una historia real: «12 años de esclavitud». Sobre el hombre libre al que secuestran y convierten en un siervo sin derechos durante ese periodo de tiempo. Hoy, en algunos lugares hay altanería en el porte y los ademanes de los descendientes de aquellos. Que yo lo he visto. Consecuencia no adecuada pero lógica. Los lobbys defensivos funcionando. En su defensa. La instantánea de ese bombardeo que se lleva por delante vidas civiles y produce tanto daño colateral da escalofríos. Apenas una noticia más en los telediarios. Pero real, como la vida misma. Y con muertes reales.
