En medio de debates políticos, yo hago mis reflexiones sobre el deporte al que amo, defiendo y me apasiona.
Hemos estado pendientes durante meses sobre sí la Ryder Cup de 2022 se celebraría en España, más concretamente en la Costa Brava.
Nos han estado vendiendo una moto durante mucho tiempo, haciéndonos creer que era la candidatura perfecta y que íbamos pasando todos los exámenes sin problemas, hasta que llegó el día 14 de diciembre día en que por segunda vez consecutiva, España quedaba fuera de organizar el considerado tercer acontecimiento deportivo más importante del mundo después de las olimpiadas y los mundiales de fútbol.
Mis reflexiones son las siguientes y ojo son mis opiniones personales, la inestabilidad política de este país una vez más nos ha jugado una mala pasada, celebrar una Ryder en un campo situado en una región que pide a gritos la independencia de una nación, que la candidatura desde el principio ha estado mal gestionada, llevo mucho tiempo diciendo que nuestro golf necesita un cambio en los estamentos más altos, que no queremos gente acomodada en sillones y que toman decisiones obsoletas.
Pero al margen de esto tenemos 62 millones de razones para haber perdido de nuevo la candidatura, los 62 millones de euros que Italia ha puesto sobre la mesa, para que la Ryder Cup se celebre en un campo que no tiene espíritu Ryder, en condiciones pésimas, que solventaran seguramente en menos que canta un gallo.
Y que por supuesto los románticos del golf ya apenas quedan y que desgraciadamente se dejan llevar por un montón de billetes.
No olvidemos que el dinero mueve montañas, y una vez más se ha demostrado.
Y por supuesto, en España seguimos viviendo de las rentas de nuestro querido Severiano Ballesteros, somos un país en el que aún el golf se sigue considerando un deporte minoritario a pesar de ser el tercer deporte con mas federados, después del fútbol y de la caza, si habéis leído bien la caza, pero tenemos muy poca visión de futuro hacia este deporte.
Aún seguimos escuchando eso de «que pijo eres, juegas al golf», y muy pocos trabajamos por hacer que el golf llegue a todo el público, y que sea un deporte más popular, aportando un aire fresco y con nuevas ideas, no sin estar a salvo de críticas de todos aquellos que están acomodados en distintos cargos, sin moverse de un sillón.