![REQUIEM POR ALVAREZ DE MIRANDA [Img #50822]](upload/img/periodico/img_50822.jpg)
Tú, “muchacho juanista”, que escribirías: “La España que soñé”, joven militante monárquico, en la España dictatorial, compañero de Fraga en las milicias universitarias, que se afeitaba con vino para economizar el agua en el campamento de La Granja. Consejero de Don Juan y tus afinidades ideológicas con Gil – Robles, Giménez Fernández, Ruiz – Giménez… Tú, Fernando, también pasarías por esos calabozos que yo conocí, tras causarme “los grises” una herida en la cabeza, cuando yo, además, hacía información en los dominios de Yagüe – Dios les perdone -. Además, Fernando, tú gozabas de un espíritu conciliador, consejero de Don Juan, presidente del Congreso de los Diputados, previamente conspirador en la década de los cincuenta, sesenta y setenta, fiel espectador de toda una época convulsa de España, hasta la llegada de la Monarquía.
Todo ese periodo no se puede escribir sin llevar a los ojos la imagen triste de la época previa a la Transición… Las impresiones de Fernando, de sus amigos, correlegionarios y adversarios políticos.
Vida densa e intensa la tuya, máxime en tu época de embajador en El Salvador y el conocimiento de Ellacuría, los jesuitas de la UCA… Y, posteriormente, el desempeño de sus tareas como Defensor del Pueblo, impresiones y presiones que cuenta en el libro citado. Súbitamente, Fernando nos ha dicho adiós – tenía un libro suyo para que me lo dedicara -. El último adiós me ha privado de esas líneas y a Luisa de un corazón grande como Castilla. Que la tierra te sea leve, Fernando.






