No deja de sorprenderme que asesinos genocidas de su pueblo, hayan pasado durante mucho tiempo como ídolos a seguir. La doble vara de medir es evidente, mientras Hitler se ha ganado con toda justicia, la imagen de genocida, y su figura, la esvástica y los símbolos que representaron sus ideas son proscritos y malditos, otros genocidas como: Lenin, Stalin o Mao, son objeto de culto intelectual, sus tumbas son visitadas, sin repulsa alguna, por miles de personas, y la hoz y el martillo, son enarboladas sin sonrojo por miles de personas. Todavía en China, hace pocos meses, se pretendió levantar una estatua monumental dorada, de 37 metros de altura, al dictador Mao, en una región en la que la mortalidad de sus habitantes por su culpa, fue de millones de personas, antes de acabarse, fue destrozada, en enero del 2016.
Algunos aventuran cifras como que, el 60% de los habitantes de toda China murieron o directamente por la Revolución Cultural o a consecuencia del hambre del Gran Salto Adelante y los traslados de población. Sin embargo estos movimientos poblacionales fueron muy bien vistos por muchos gobernantes, incluso algunos analistas han querido ver, en la nefasta política migratoria del dictador Franco, un reflejo de lo que hacían los regímenes comunistas, concentrando la población en unos puntos, que se beneficiarían de todos los apoyos y servicios del Régimen, y que serían los hitos, que darían una imagen exterior del Gobierno, por el contrario, el interior de España era ocultada, como si no existiera y sólo serviría para proporcionar mano de obra y recursos, sobre todo acuíferos y energéticos a estas regiones, aunque se tuvieran que inundar poblaciones enteras y desubicar a sus habitantes.
La imagen de Mao y su veneración, era extraordinaria, todavía su retrato y su cuerpo embalsamado se encuentran en el corazón simbólico de la República Popular, la plaza de Tiananmen, porque ninguna de sus barbaridades salía al exterior. Tras la Revolución Cultural en la que enardecidos jóvenes con el libro rojo en la mano, acosaban y mataban a cualquiera del que se tuviera la menor sospecha de no abrazar, ciegamente, las consignas, y muerto ya el Gran timonel, la imagen fue distinta, China quería abrirse al mundo y acabó ejecutando a los herederos de Mao, como a su viuda, pero sin tocar su prestigio. En un viaje a Malasia me encontré, en una especie de anticuario, un libro rojo de aquellos que enarbolaban los jóvenes y que era obligatorio en las escuelas y del que se hicieron millones de ejemplares, y yo, que reconozco mi fetichismo por los libros, quise comprarlo, estaba lógicamente muy usado y además había escritos muchos comentarios en los márgenes del texto, evidentemente todo en chino, pero que le daba un cierto regusto añadido. Tras muchos tiras y aflojas, con un cansancio mental enorme, (uno es de letras y los números no son lo mío) traduciendo mentalmente el valor de los bats, en dólares y estos en pesetas, no bajó de las 20 mil pesetas, cifra realmente desorbitada, no sólo para el nivel de Kuala Lumpur, sino de España, en donde todavía 100 mil pesetas era un sueldo no al alcance de todos, evidentemente no lo compré.
Dentro de nuestro mundo nacional, existen diversos personajes, como, Luis Companys que aunque día a día, está cayendo en el infierno histórico de los personajes nefastos, todavía está en el altar de los independentistas catalanes. Recuerdo, no hace muchos meses, cómo a un conocido personaje catalán, se le hinchaban las venas del cuello de indignación, cuando uno de los contertulios de uno de tantos programas de televisión, que perdonen no recuerde la cadena, hablaba de las barbaridades que realizó tal personaje. Estaba indignadísimo, y una persona que lleva muchos años realizando programas propios, era incapaz de articular palabra. Persona inteligente como la supongo, debió de investigar sobre todas aquellas “difamaciones” que hacían sobre el “ídolo” del catalanismo, porque posteriormente le he oído decir algunas cosas sobre él, que no eran las de la fe inquebrantable al President golpista. Entre sus hazañas está la persecución a los periodistas (no hablo ya de iglesias quemadas con presencia de bomberos para evitar que las llamas se propagaran a las viviendas cercanas, o de los católicos y curas asesinados) que no eran totalmente afectos a su Régimen. Patrullas incontroladas, pero realmente muy controladas, iban asesinando al que disentía, la censura de prensa fue cambiada por el silencio de los cementerios.
Esta es una, quizás incompleta, lista de los periodistas muertos.
“Badía Casanovas, Antonio. Periodista asesinado el 27-2-1937.
Baró Bonet, José. Director de El Correo. Asesinado el 5-8-1936.
Barón Bonet, Miguel. Redactor de El Correo. Asesinado el 20-8-1936.
Batallá Catá, Martín. Redactor de El Diario de Gerona. Asesinado el 31-10-1936.
Bernat Guixà, Ramón. Redactor de Terra Ferma. Asesinado el 25-8-1936.
Boquera, Juan. Redactor de Avui publicado en Reus. Asesinado.
Bueno Bengoechea, Manuel. Periodista asesinado el 11-8-1936.
Capdevila Durán, Juan. Periodista de El Matí. Asesinado el 13-9-1936.
Capdevila, Tomás. Redactor de Avui publicado en Reus. Asesinado.
Caylá Grau, Tomás. Director de Juventud. Asesinado el 13-8-1936.
Chavarría Aguilar, José. Redactor del Diario de Lérida. Asesinado en 1936.
Condal Fontova, José. Redactor de Terra Ferma. Asesinado el 15-9-1936.
Cruells Aragonés, Luis de. Redactor de El Correo de Tortosa. Asesinado el 24-9-1936.
Domingo Soler, José Mª. Redactor de La Cruz. Asesinado.
Espinosa de los Monteros, Enrique. Redactor de Las Noticias. Asesinado.
Estrem Fa, Salvador. Redactor de Avui. Asesinado el 14-9-1936.
Fábregas Aran, Salvador. Redactor del Diario de Lérida. Asesinado el 26-7-1936.
Farfán de los Godos, Carlos. Corresponsal de la Agencia Fabra. Asesinado.
Ferré Guasch, Salvador. Redactor de La Voz de Tarragona. Asesinado el 16-1-1939.
Forner Reverté, Agustín. Redactor del Diario de Lérida. Asesinado el 25-7-1936.
Gómez Martorell, José. Director del Semanario Católico. Asesinado.
Guasch Giménez, Ricardo. Redactor de La Tarde de Tarragona. Asesinado el 30-1-1939.
Juncosa Vilanova, Manuel. Redactor de Avui. Asesinado el 10-12-36.
Marín Sanalot, Atilano. Fotógrafo y redactor de El Correo Catalán. Asesinado el 5-10-1936.
Martorell Camí, Modesto. Redactor de El Correo de Lérida. Asesinado el 25-8-1936.
Millán González, José. Redactor del Diario del Comercio de Barcelona. Asesinado.
Monravá Martorell, Juan. Redactor de La Cruz. Asesinado el 25-8-1936.
Morante Chic, José Mª. Colaborador periodístico de Lérida. Asesinado el 25-8-1936.
Mur Brull, Enrique. Redactor jefe de El Correo de Tortosa. Asesinado el 5-8-1936.
Murga Llopis, Fernando. Redactor de El Popular de Barcelona. Asesinado.
Niubó Casanelles, Jaime. Redactor de El Diario de Lérida. Asesinado el 27-11-1936.
Pagés García, José Mª. Director de La Voz de Tarragona. Asesinado el 23-11-1936.
Piñol Aguiló, Luis. Redactor de Avui. Asesinado el 1-11-1936.
Planas Martí, José Mª. Periodista. Asesinado el 25-8-1936.
Puig Estapé, Pedro. Redactor del Diario de Comercio de Barcelona. Asesinado.
Recasens Ros, Juan. Redactor. Redactor del Diario de Lérida. Asesinado el 15-11-1936.
Rico Ariza, Estanislao. Redactor de El Correo Catalán. Asesinado el 26-11-1936.
Roca Domingo, Estanislao. Redactor de El Semanario Católico. Asesinado el 14-9-1936.
Rubio Benach, Jaime. Redactor de Terra Ferma. Asesinado el 2-2-1937.
Sáenz de Barés, Pedro. Redactor de El Correo Catalán. Asesinado en septiembre de 1936.
Solé Companys, José. Sacerdote y redactor de El Correo Catalán. Asesinado el 25-7-1936.
Solé Montardit, José. Propietario de El Correo de Lérida. Asesinado el 25-7-1936.
Suárez Bravo y de Olalde, Francisco. Redactor del Diario de Barcelona. Asesinado el 14-3-1937.
Temporal Ponce, Ángel. Periodista. Asesinado el 23-8-1936.
Tuset Arbonés, Juan. Redactor de La Cruz. Asesinado el 28-11-1936.
Vilatimó Costa, Miguel. Redactor de La Cruz. Asesinado el 26-9-1936.
Sin embargo, muestro mi admiración, por la habilidad de quienes teniendo todo en contra, convierten lo podrido, en algo aparentemente sabroso y lo más vil, en algo admirable y atractivo.
Al final, lo mejor que ha perdurado de Mao, después de los 50 años de su desaparición, ha sido el chiste.
-¿Sabes que ha muerto Mao?
-¡Qué pena, con la buena cerveza que hacía¡