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Salen a subasta las cartas de amor de Francisco Franco

OCIO Y SALUD
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«Mi querida amiga Sofía (…) sabe que le quiere su amigo Franco». Así comienza y así se despide el entonces joven militar destinado en África, Francisco Franco, en una de las 33 postales manuscritas que como 33 tesoros guardan en la caja fuerte de Durán Arte y Subastas, a la espera del mejor postor. Postales que dejan clara la relación de afecto entre el Generalísimo y Sofía Subirán, la joven que figura en algunos libros de historia como su primer amor.

«Recibí en el día de hoy su postal que mucho me ha alegrado, pues ya sabe con la alegría que recibo siempre noticias suyas», escribió Franco en mayo de 1913 en otra postal dirigida a esta joven, hija de militar residente también en África por entonces. Estos documentos, fechados todos en ese año, son de sobra conocidos por la familia Franco. Ahora verán la luz en busca de un nostálgico o coleccionista interesado en comprar este tipo de recuerdos, que llevan el respaldo de Durán, la sala de subastas más antigua de España. «Todo lo que sale en nuestros catálogos lleva nuestra garantía de autenticidad», apunta la directora de la firma, Consuelo Durán. “Este lote de postales amorosas de la época en que Franco era alférez en Melilla sale al precio de 25.000 euros», añade. “Son documentos históricos del ámbito privado del anterior jefe del Estado y, como tal, tienen valor para quien tenga interés en su figura; además, reflejan muy bien el formalismo con el que se trataban entonces», explica a Vanitatis la directora de la casa de subastas.

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Franco se tropezó con el amor en Melilla. Concretamente, en el Casino Militar, a finales de 1912.  El escritor Emilio Ruiz Barrachina narra este primer encuentro en Le ordeno a usted que me quiera. El amor secreto de Francisco Franco (Lumen). La propia Sofía ofrece declaraciones sobre esta relación en la obra: “Sea como fuere, a mis padres no les gustaba verlo a mi lado (…).Y si de lejos veía que se acercaba mi padre, yo le decía: “¡Por Dios, Paquito, corre, que viene mi padre!”. Y él echaba a correr como un gamo. Salía disparado. ¡Ni que le persiguieran los rojos! Con decirle que el hombre que más hizo correr a Franco en esta vida fue mi padre…”.

Sofía Subirán conservó sólo 33 de las postales que Franco le envió, que fueron muchas más, pues le escribía casi a diario. En ellas el Caudillo muestra un lado desconocido en él, pues su narrativa es remilgada, pero también pone de manifiesto un enrevesado carácter, dictatorial incluso en el amor. “El día que baje (a la Plaza) si tengo tiempo se lo avisaré”, dice en una de sus cartas. “Aunque las circunstancias no me ayudaron, éstas nunca podrían justificar se ausentase al verme y solamente la indiferencia pueda ser la causa de su conducta”, dice en otra. “Aunque usted no lo merece pues hace varios días que le he escrito y no he tenido respuesta, le escribo estas líneas”, se puede leer en otra. Aunque las dos frases estrellaque aparecen en esas cartas son: “Le permito que me quiera un poco” y “Le ordeno a usted que me quiera”.

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Tres lotes más sobre el Generalísimo

Las postales amorosas son sólo uno de los cuatro lotes de temática franquista que estarán a disposición de cualquier interesado en la subasta del próximo mes de febrero. Junto a las inofensivas cartas de amor, hay también muchos otros documentos curiosos y fotografías del siglo pasado, nunca antes publicadas. «Tenemos cuatro fotos del Valle de Los Caídos en las que se aprecia nítidamente la cruz pintada a mano sobre las fotos por el mismísimo Franco; es un boceto que sirvió para dejar claro el lugar exacto donde se debían construir la basílica y la cruz», aclara Consuelo DuránSon fotos con anotaciones hechas a mano en su reverso de puño y letra de Franco, testimonios gráficos de una parte de la historia que se pueden adquirir a partir de 22 mil euros.

También se subastarán, en el lote número cuatro, con un precio de salida de 8.000 euros, cientos de cartas y pruebas de afecto de los simpatizantes del General, cartas llegadas desde todos los rincones de España que pasaron la censura, pues el sello que portan así lo acredita. «Son todos testimonios de gente anónima dando mil y una muestras de apoyo a Franco, papeles de un gran valor para la sociología histórica, que deberían ser adquiridos por alguna institución pública», comentan desde la casa de subastas. Para los más nostálgicos hay además una amplísima colección de fotos de momentos significativos o poco conocidos, como la visita de los actuales emperadores de Japón a España. Y aparece también una completa selección de recuerdos, como una recopilación de cupones de racionamiento utilizados durante la Guerra, sellos, billetes de lotería, pegatinas de Franco y José Antonio Primo de Rivera. «Es la mejor y más completa recopilación de documentos de Franco que jamás haya salido a subasta».

Si alguien tiene curiosidad de saber cómo y qué escribía Franco en sus borradores sobre temas de estado o de guerra, también hay cinco documentos inéditos que revelan asuntos tan variopintos como los que van desde el hundimiento de un barco en el año 38 hasta bocetos de decretos tales como el del subsidio familiar. Unos papeles originales, algunos con un siglo de vida. Papeles que estarán en la madrileña calle Goya 19, en la Sala de Subastas Durán, a disposición de quien los quiera comprar, a partir del próximo mes, en una subasta apta para todos los públicos.

Vía Vanitatis


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