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¡QUIETO TODO EL MUNDO!

OPINIÓN
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El
lunes 23 de febrero de 1981 se celebraba la sesión del Pleno del
Congreso para la investidura del Presidente del Gobierno, Leopoldo
Calvo Sotelo. A las seis y veintiún minutos el teniente coronel
Antonio Tejero Molina irrumpió con paso firme en el hemiciclo.
Llevaba su pistola reglamentaria en la mano derecha, con el dedo en
el disparador en una actitud claramente amenazante. Subió los cinco
peldaños de la tribuna de oradores y gritó: “! Quieto todo el
mundo!”. El teniente general Gutiérrez Mellado, vicepresidente del
Gobierno, se puso en pie y pidió explicaciones. Le contestaron con
gritos: ¡Silencio! ¡Al suelo ¡”Al suelo todo el mundo!” y
con disparos al techo.

El
Rey se erigió entonces en garante de la libertad. Rehusó designar,
ni siquiera con carácter provisional una junta militar, nombró un
gabinete integrado por los subsecretarios y a la una y cuarto de la
madrugada, dirigió a todos los españoles, vestido con uniforme de
Capitán General, un mensaje a través de la RTVE que confirmó el
fracaso del golpe. Gracias a su energía, a su firmeza y a su
lucidez, España disfruta hoy de libertad plena y de un Estado de
Derecho amparado en la Constitución que se han dado a si mismo los
españoles.

El
Rey no tiene previsto abdicar ni se lo ha planteado en ningún
momento, ni en la Zarzuela tienen plan alguno que vaya en esa
dirección. Esto es lo que se ha dicho por la Casa del Rey, acerca de
la salida de “pata de banco” del Secretario del Partido
Socialista de Cataluña, cuando dinamitó las expectativas que quería
crear su líder nacional Pérez Rubalcaba y que iba camino de no
crear ninguna, porque dicho sea de paso su discurso en el Debate del
Estado de la Nación, iba a ser lo de siempre, una exposición más
de sus gestos de vendedor callejero y de su estrategia conocida,
bueno pues en el peor momento, el Sr Rubalcaba iba a empezar su
discurso en el Congreso, y se entera de lo dicho por el primer
secretario del Partido Socialista Catalán,. Pere Navarro al pedir la
abdicación de Don Juan Carlos en su hijo, el Príncipe de Asturias y
el líder nacional del Partido Socialista, en este caso con ejemplar
responsabilidad,(lo cortés no quita lo valiente) dijo para sí y al
parecer luego en privado: “a ese se le ha ido la pinza”, con lo
que es suficiente explicación.

El
mismo que condujo con prudencia y acierto el camino de la transición
política y que hace 32 años paró en seco el Golpe de Estado, tiene
actualmente la suficiente energía e ilusión para seguir trabajando
y para cumplir con sus responsabilidades de Jefe del Estado, sobre
todo en estos momentos de crisis nacional donde tanta gente sufre
ante una situación de crisis económica y social, que se está
atajando tenazmente desde el gobierno de la nación, y a pesar de
tantos avatares como viene sufriendo con varias intervenciones
quirúrgicas realizadas y el día 3 de marzo se le practicará otra
operación que Dios quiera que no constituya para el Rey su
particular idus de marzo y salga tan bien como tanta gente en España
y en el mundo lo desea.

Don
Juan Carlos viene siendo el mejor embajador de España, ha
practicado la moderación y su actitud viene siendo ejemplar por su
búsqueda constante de consensos, desde su labor esencialmente
institucional, extendiendo su figura de prestigio en todo el mundo. 


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