Déjenme que les cite unos datos: de todo lo
que se recauda en España, el 90% procede de las rentas de trabajo medias y
altas, solo el 10% lo aportan los contribuyentes más ricos; la economía
sumergida en España (19,2%PIB en el año 2012) es notablemente superior a la que
Europa (14,1%PIB) prevé para el 2015, al tiempo que el 10% de los ciudadanos
más ricos acumula un patrimonio 135 veces más elevado que el 20% más pobre de
la población.
Saben ustedes que llegó Rajoy y subió los
impuestos a las rentas del trabajo y a la clase media. Llegaron los recortes
generales y los copagos para los sectores más débiles así como una vergonzosa
amnistía fiscal para los grandes defraudadores.
Nos han dicho que no hay alternativas. Que
esta es la única política que se puede aplicar por necesaria. Nos han dicho
también que los problemas derivan de haber gastado mucho en etapas anteriores,
más de lo que se debió gastar.
No es cierto. Muchos creemos que otra
política económica es posible con medidas mas justas y que ha sido la
insuficiencia de los ingresos (que han caído en picado), y no el excesivo gasto
público, quien ha originado la situación en la que estamos.
Y si esto es así, y han de aumentarse dichos
ingresos, será preciso trabajar en propuestas de reforma fiscal que no graven
tanto a los trabajadores asalariados. Haciendo que paguen los que no lo hacen,
combatiendo el fraude y la ingeniería fiscal, unificando en un único impuesto
la tributación de la renta y el patrimonio.
Hay opciones: hacer que paguen lo mismo las
rentas del trabajo y las de capital; aumentar la contribución del sector
financiero a la sostenibilidad de las cuentas públicas; suprimir las actuales exenciones del IVA a
las actividades sanitarias y educativas privadas no concertadas; bajar los
tipos impositivos de ese IVA a la cultura y a productos higiénicos
básicos…son solo algunas de las posibilidades que el gobierno puede manejar
para disponer de mayores ingresos que ahora mismo necesita. De este modo cada
ciudadano contribuirá de manera proporcionada y justa dando mayor fortaleza y
estabilidad a un sistema fiscal que tanto influye en su bienestar, al tiempo
que aporta su granito de arena para la mejora del gasto público. Es hora de
disminuir la presión ejercida sobre los que pagan siempre y obligar a tributar
a los que no lo hacen o pagan menos.
Para ello hará falta disponer de recursos, en
personal cualificado y en medios materiales. Búsquense, doctores tiene la
iglesia, y pónganse a ello porque de seguir las cosas como hasta aquí, mucho me
temo que llegaremos a una situación irreversible. La previsión según el Fondo
Monetario Internacional para ahora mismo y los próximos años es desoladora, la
política de recortes no hace mas que aumentar el paro en España y está asfixiando
a las clases bajas y medias con total impunidad. Tal parece que se quiere
«matar al enfermo», de tan abrasivas que son las medidas tomadas. Tal
parece que se desconfía del «vecino del sur» y de su forma de vivir y
por ello se le vigila para que no vuelva a gastar (por ejemplo) en «obra
pública». La involución de la economía es clara y el término
«recesión» empieza a citarse por doquier. El Gobierno debiera
reaccionar, insistir solo en que no se gaste puede estar siendo una gran
equivocación. La «herencia recibida» les ha servido hasta ahora para
no asumir su responsabilidad, ya es hora de que la sientan como suya pues
llevan año y medio gobernando. Es hora de poner toda la carne en el asador, es
hora de probar a conseguir nuevos ingresos .
