JUEGOS MENTALES

   Alguien me dijo una vez que la vida
casi nunca resulta ser lo que uno esperaba pero han tenido que pasar años,
hacerme mayor, pasar la juventud y con ella la época de creer que todo era
fácil y que todos mis sueños serían el pan del día para darme cuenta de cuánta
realidad encierra esa frase.


 
                  Todos tenemos
sueños, unos desaparecen al pasar el tiempo y darnos cuenta que no podemos
luchar contra la corriente que inevitablemente nos arrastra en la vida. 
Muchos nos resistimos a abandonar esas ilusiones, proyectos que nos han
acompañado siempre pero un buen día o mejor un mal día nos damos cuenta que ya
no somos los mismos seres en los que se forjaron esas ideas que iban a darnos
una felicidad que no podría ser reemplazada por ningún otro acontecimiento que
surgiera en nuestra trayectoria vital.

                   
¿Abandonamos?…no podemos negar que esa idea pasa por nuestra mente cuando las
cosas no salen según nuestros planes o nos estresamos. Pensamos que no somos
capaces de llevar a cabo eso que tanto deseamos  y lo más fácil es tirar
la toalla aludiendo a que nos ata la familia, el trabajo o nuestra salud. Me
atrevo a decir que son excusas para no enfrentarnos a la posibilidad de un
fracaso, el miedo es el peor enemigo que podemos tener.

             Me pasa por la mente como
seremos dentro de unos años, cuando seamos viejitos y nos apoyemos en un bastón
y necesitemos de otros para poder tan sólo caminar o comer………¿nos
acordaremos de estas cosas que no hacemos por miedos?. Pensaremos ¿qué hubiese
pasado si la  forma de actuar del hoy fuera otra?.


Puede que lágrimas resbalen por nuestras mejillas al recordar la ilusión y la
fuerza que nos daban las pequeñas cosas para continuar; sentir los rayos de sol
en nuestro rostro cuando caminábamos erguidos y teniendo el mundo delante;
bañarnos en el mar al atardecer cuando los alfilerazos de luz plateada
adornaban el agua que nos acariciaba nuestro cuerpo al sumergirnos mirando de
frente a ese astro rey que a esa hora no dañaba nuestros ojos; disfrutar con la
sonrisa de esos  niños que ya son hombres y mujeres.

        ¡¡¡¡Entonces!!!!, era entonces cuando podíamos
hacer lo que deseábamos. Ya es demasiado tarde pensamos en ese banco de ese
parque donde nos sentamos a diario.

        Ahora es el presente, el momento que pasará para no
volver, el momento en el que podemos llevar a cabo esas ilusiones que aún
perduran en nuestra mente y corazón.
Por una vez, dejemos a la mente, dejemos de pensar y demos paso al corazón con
sus anhelos, deseos,confianza,esperanza y amor.


Si lo hacemos, de seguro cuando nos sentemos en el banco del parque seremos
mayores pero no lloraremos, sonreiremos porque ganemos o fracasemos ¡por Dios
que lo habremos intentado!.