Francisco Camps y Rita Barberá regaron generosamente con fondos públicos los proyectos deIñaki Urdangarin y su Instituto Nóos, que se embolsaron más de 3,5 millones de euros de las arcas de la Generalitat valenciana y el Ayuntamiento de la ciudad. Pero, no contento con eso, la rapiña del yerno del Rey llegaba a extremos que rozaban la mezquindad: convocaba comidas con altos cargos de la Administración municipal y autonómica y luego cargaba las facturas a sus invitados.
El juez José Castro, en el auto que remitió el pasado viernes al Tribunal Superior de Justicia valenciano para que decida si imputa a Camps y Barberá, relata varios episodios que retratan el descaro de Urdangarinen sus tratos con los políticos. Entre otros, el instructor del caso Nóos recuerda que el duque de Palma convocó una comida en un hotel de Castellón el 30 de noviembre de 2007 a la que asistieron Vicente Rambla, entonces vicepresidente de la Generalitat; la consellera de Cultura y Deportes, Trinidad Miró; el número dos del Instituto Nóos, Diego Torres, y el propio Urdangarin.