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Santa Eulalia sale del escondite

BADAJOZ
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La desaparición de los andamios y lonas que cubrían el Hornito de Santa Eulalia, es una gran noticia para todos los emeritenses. Han vuelto a aparecer ante la reja de la capilla, las flores, velas, y la presencia de personas que rezan y piden su protección.

[Img #28011]Han sido cinco meses, en los que los
emeritenses no se resignaban, y los entornos del oculto Hornito, sobre todo la
esquina de la verja que desemboca
 al
monumento, se veían siempre poblados de ofrendas. Sin duda el Hornito es el
monumento religioso más popular de la ciudad de Mérida.

 

Erigida
una capilla, inicialmente , en 1498, en estilo gótico, en un lugar en el que la
gente quiso ver las huellas de un Horno de planta redonda, asimilándolo  a aquel en el que sufrió el martirio la Santa
emeritense, y dado que coincidía con un solar en el que antiguamente se hacían
las ejecuciones,  se levantó en este
lugar una capilla humilde, con muros de mampostería, que guardaba una pequeña
imagen de madera de santa Eulalia. Sería, tal como consta en el monumento, en
1612, cuando se convertiría en una capilla barroca imitando  a un Horno y reaprovechando los materiales
que debieron de pertenecer a un Templo dedicado a Marte, y cuya ubicación
todavía se desconoce. Bernabé Moreno de Vargas cita a “D. Luis Manrique de Lara caballero de la orden de Santiago,(que)  en
el año 610 hizo la bajada de la puente y reedificó el Hornito de Santa
Eulalia”.
Aunque la documentación nos remite, como constructor, al maestro
Hernando de Contreras, que colocó frente a la capilla el atrio rectangular que
la hace actualmente característica.

 

No
siempre  gozó del mismo respeto  actual, y su situación en el camino a Madrid
y su alejamiento de las murallas de la ciudad, hizo clamar con frecuencia,
contra el abandono de la misma.

 

Con
motivo del IV centenario, de su inauguración, en la fisonomía actual, se
propició la restauración del mismo. Cinco meses después de un delicado trabajo
con láser y bisturí  y 55.000 euros, han sacado
a la luz un Hornito restaurado, en el que se pueden apreciar algunos relieves
antes difíciles de ver.

 

Nuevamente
vuelve a ser visible la imagen de la Mártir, que pese haber permanecido durante
este tiempo oculta a la vista, siempre ha estado presente en el corazón y la
mente  de todos los emeritenses.


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