Triunfo épico de Teatro del Noctámbulo con AYAX

Aunque poco público disfrutó del acertado montaje trágico de Ayax, por parte de la muy cualificada compañía extremeña Teatro del Noctámbulo, ´esta volvió a triunfar como en su grandioso estreno del pasado año en Mérida y como en el XV Certamen Nacional. Garnacha de Haro en La Rioja, donde cosecharon los cuatro principales premios.

Al contar con el escenario más reducido y a la
italiana de nuestro magnífico Gran Teatro, la rara tragedia de Sófocles ganó en
intensidad dramática y en cercanía, especialmente cuando saltaron repetidas
veces la cuarta pared, invadiendo el patio de butacas o situándose en la
escalerilla de acceso, incluso al caer tierra y polvo a los espectadores de las
primeras filas, que, pese a todo se emocionaron con el lirismo  del gran adaptador extremeño Miguel Murillo,
quien respetó bastante fielmente la poco representada tragedia del héroe
salamino.

            Destacó la gran sintonía
oral y corporal de todo el elenco, gracias a una sabia dirección de Denis
Rafter, prodigando todos un enorme derroche de potentes voces y de expresividad
gestual en las incesantes luchas del protagonista Ayax, excelentemente
interpretado por el muy galardonado y maduro actor extremeño Jose Vicente Moirón,
rico en registros; muy bien arropado por un conjuntado Coro, bien orquestado
por el corifeo David Gutiérrez.

             Replicaron muy dignamente los antagonistas
Menelao –Kiko Magariño-, Agamenón –Cándido Gómez-, así como  el hermano Teucro –G. Moreno- y el mensajero.
Un tanto exhibicionista y manipuladora la diosa Atenea y algo más discreta la
amada del héroe Tecmesa en algunos momentos con baja proyección fónica.

            Dentro
del eficaz y valioso equipo técnico-artístico resaltó grandemente la original
música de Roque Baños y los efectos especiales de Reyes Abades, así como la muy
barroca caracterización. El público quedó emocionado y éticamente pellizcado
ante el problema sangrientamente planteado de la traición y la divina
deslealtad al gran guerrero, rubricándolo con prolongados aplausos y bravos
ante un montaje extremeño de tanta calidad.