Me
ha llegado una de esas peticiones, habituales,
de una ONG a la que estoy suscrito. No
se trata de atender alguna necesidad perentoria
de los habitantes de alguna nación, de la que para saber su situación, debes coger un atlas, ( yo todavía soy de los
de libro de papel), sino la de algunas personas que tenemos cercanas, y es que
queda muy guay donar para los pobres de la Chimbamba, pero los cercanos
molestan.
La
petición es muy peculiar. El Alcalde de Barcelona
quiere acabar con la imagen de una ciudad, en la que hay pobres en las calles, pero como no puede hacer que no existan, sí
puede hacer, que no se vean, al menos que no los vean los turistas, lo que da
una mala imagen exterior de una Cataluña
que quiere ser nación. Así es, que lo
mejor es que se vayan hacia la periferia, en la que no les verán los japoneses,
que con sus cámaras van fotografiando
todo, y queda feo que cuando las muestren en su tierra, vean un
pobre sentado, en un banco, junto a la
fuente de Canaletas.
Pero
la petición llega a más. Parece ser que un grupo de jóvenes, más de un
centenar, vista la necesidad, no sólo de alimento, y limpieza, sino de
conversación y compañía, se unieron en
una Asociación, católica por supuesto, (
para estas cosas no están los partidos ni los sindicatos) llamada, Jóvenes de S. José, para dar de comer,
compañía y conversación, en la calle, a personas que no atiende nadie, y a las que
las instituciones ya han abandonado . Estos jóvenes ni reciben, ni quieren, un solo céntimo de las arcas públicas, ni
piden ni aceptan subvenciones. Esto no ha debido gustar a los políticos del
Ayuntamiento. Y han decidido que si ellos no las atienden tampoco pueden hacerlo otros ; “Para que
abandonen su labor humanitaria, el Consistorio les amenazó… La excusa que
utilizaron fue insultante: dijeron que los Jóvenes de San José dan «mala imagen» a la ciudad
cuando reparten comida entre los desahuciados…Nos amenazaron con que tomarían
medidas si no desistíamos de nuestra labor o cambiábamos nuestro sistema
para pasar a trabajar para el Ayuntamiento”
“El Ayuntamiento intentó clasificar
a «los pobres”, como les llaman, en categorías: los que están en lugares
céntricos y turísticos (por ejemplo, en la Plaza de Cataluña) no debían ser
ayudados. Pero los jóvenes podían atender a los que se refugian en cajeros
automáticos, porque así nadie les vería.”
Para incriminarlos
de alguna manera “ha anunciado que este
sábado enviará a una especie de policía «sanitaria” para vigilar la calidad
de la comida que reparten…Con la excusa de la caducidad y calidad de los alimentos,
los agentes del alcalde Trías tratarán de prohibir la actividad ”.
Y es que ya
se sabe, los pobres hacen feo, y un turista no puede ver que en la gloriosa
Barcelona, en la que un club se gasta millones de euros en contratar a un
pegapatadas a un balón, no pueden existir los pobres de solemnidad, La crisis ha dejado las calles llenas de
cadáveres sociales, y si existen, mejor que no se vean, y menos aún que encima
les ayuden , así, no se irán nunca.
No hemos
avanzado nada, los que tanto despotricaron, a veces con no poca razón, de las
leyes franquistas, vuelven a aplicar la “ley de vagos y maleantes”, que los que
tenemos una edad, recordamos. Si no tenías trabajo, sólo era por dos motivos,
porque eras un vago, o porque eras un maleante que vivías del robo. No es de
extrañar que Alemania y Francia se llenaran de españoles. Por lo visto, ahora
vamos por el mismo camino, se lo digo “francamente.”.
