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¿ ES ESPAÑA EL REINO DE LA CORRUPCIÓN?

OPINIÓN
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El artículo 1º
de nuestra Constitución de 1978 establece:1. España se constituye en un Estado
social y democrático de Derecho, que propugna como valores superiores de su
ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo
político. 2.
La
soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del
Estado
.

 

De la misma
manera, el artículo 117 que “La justicia emana del pueblo y se administra en
nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del Poder Judicial,
independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al
imperio de la ley”.

 

Está claro que
estos nobles principios constitucionales requieren ser salvaguardados por
representantes democráticos dotados de una profunda e insobornable voluntad de
servicio público y comportamientos honestos y éticos en el ejercicio de la
representatividad de la colectividad.

 

Más allá de
plazos y periodos legislativos, por higiene social y democrática, la
representación de la comunidad debería finalizar cuando se conociese o manifestase
públicamente la incapacidad física, mental, jurídica, penal, funcional, moral o
ética de los designados como representantes.

 

 ¿somos todos los españoles unos pícaros y unos
corruptos carentes de escrúpulos?, creo que no, sinceramente; el problema es
que todos seremos adjudicatarios de este calificativo por extensión de que lo
sean nuestros representantes y por nuestro silencio consentidor.

 

En la prensa internacional podemos leer que “En España la verdadera
crisis es el vacío de liderazgo”, “El sentimiento de escándalo que rodea a
Mariano Rajoy ha vuelto a crecer hoy, después de una semana de acusaciones y
desmentidos por los destellos con los que el extesorero de su Partido Popular
alimenta a los medios y que muestran que el lider de España se enriqueció
durante años de un fondo sucio”, “el ‘escándalo Bárcenas’ y la implicación de
Rajoy en él, daña la imagen del Presidente al tiempo que perjudica la moral
nacional y la credibilidad de las instituciones: “el escándalo  distrae al gobierno a la hora de hacer frente
a las dificultades económicas que golpean al país” , New York Times.

 

Ya no es posible seguir mirando para otro lado, la Justicia tiene que
actuar urgentemente, contra todos los delincuentes implicados en tantos y
tantos casos de corrupción, cualesquiera que sean sus ideas, sus apellidos, su
condición, sus familiares, sus títulos…todos iguales ante la justicia soberana.

 

Independientemente, aquellos que hayan perdido las aptitudes y
capacidades para ejercer con eficacia y dignidad la representación democrática
del pueblo español, deberían intentar recuperar su dignidad presentando la
dimisión y reintegrando lo que no les corresponda con transparencia legal.

 

Finalmente, el pueblo soberano no podemos permitirnos perder la
credibilidad en instituciones y órganos de representación, quizás ese sea el
efecto deseado por unos pocos, defensores de intereses de élites y lobBies: el
derrocamiento del poder popular por falta de ejercicio de la participación; alimentemos
la democracia, exijamos representantes honestos en todos los ámbitos
(políticos, sociales, laborales), modificando y mejorando cuanto sea necesario
modificar y mejorar. 


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